La producción récord del grano en el vecino país contribuye a que los precios internacionales sigan en franco deterioro, afectando a los cafeteros nacionales, que en cambio si han tenido que enfrentar una reducción de cerca de dos millones de sacos en la producción y a una profunda reducción en la calidad del café colombiano.
La cosecha brasileña, que se espera supere en casi cuatro millones de sacos las expectativas oficiales, se ha visto beneficiada por el clima propicio de los últimos cinco meses.
Expertos caficultores han asegurado que muy pocas veces se ven cafetales en tan buenas condiciones. Hasta ahora se ha recogido cerca del 20 por ciento de los granos arábigos de lo que se producirá en Sao Paulo y Paraná, y el 40 por ciento de la cosecha de la región de Espíritu Santo.
Y por ahora, todo indica que se cumplirán las expectativas, porque aunque los meteorólogos han pronosticado que esta será una semana fría, se ha descartado la presencia de heladas por el momento.
Por el contrario, Colombia teme que no cumplirá las obligaciones internacionales, que ascienden a 11 millones de sacos de 60 kilos, pues la producción probablemente sólo alcanzará los 10 millones. Esto, sin contar el consumo interno que es de 1,5 millones de sacos.
La Federación Nacional de Cafeteros (Federacafé) informó ayer que abrió los registros de exportación de café verde e industrializados correspondiente al julio.