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UN FISCAL DEPRINCIPIOS

Pese al agua sucia que le han echado encima y a las insinuaciones más políticas y perversas que reales de que es ingenuo y blandengue, sigo creyendo ciegamente en el Fiscal. No dudo de las capacidades de Gustavo De Greiff, ni de la claridad que tiene sobre el alcance de sus decisiones, especialmente aquellas referentes a la entrega de los capos del cartel de Cali. No se puede dejar solos a personajes como este hombre, curtido, trabajador, que no se deja manosear de los norteamericanos, los narcos o el Presidente, en asuntos tan delicados como el sometimiento de los narcotraficantes más poderosos de la Tierra. Por eso preocupa tánto esta sospechosa campaña que busca desprestigiar a quien tiene una hoja de vida intachable. Estrategia que al parecer busca generarle tal grado de presión que al final lo induzca a producir decisiones que dejen satisfecha a la galería donde se sientan cómodamente el Gobierno y los gringos.

El papel que estos últimos han jugado es sinuoso y arrogante. En política internacional es la manera como suelen proceder cuando encuentran obstáculos en lo que se proponen, así se trate de las normas internas de un Estado de derecho como es el colombiano. En el caso que nos ocupa nada les complacería más que ver podrir en sendas mazmorras a los jefes del cartel de Cali y a cuanto narcotraficante ande suelto por ahí. Y eso sin aportar la evidencia que puedan tener y que ahora dicen que no entregan porque le han perdido confianza a De Greiff.
Al Gobierno norteamericano le gusta jugar rudo. Esa es una de sus características, sobre todo cuando se relaciona con drogas. La carta de la fiscal de Estados Unidos, Janet Reno, a su colega colombiano, refleja esa actitud. Se trata además de un durísimo cuestionamiento a ciertos actos de De Greiff (la reunión con miembros del cartel de Cali y su tesis en favor de la legalización) y a algunas de las normas de nuestro código de procedimiento penal, para E. U. benévolas y peligrosas.
Cuál puede ser el objetivo de dar a conocer una enérgica carta que pone en tela de juicio la capacidad de la Fiscalía de usar la evidencia que envíe E. U. para conseguir que los capos del Valle purguen las penas que merecen? La señora Reno quiere dejar en claro su profundo desacuerdo con la manera como se está aplicando a los narcos la política de sometimiento a la Justicia y despejar las dudas que se han sembrado en torno de la reticencia de la Justicia norteamericana para entregar pruebas a la colombiana. Es inevitable deducir que la Reno busca descalificar las diligencias de la Fiscalía frente al ofrecimiento de entrega de la más compleja estructura de narcotraficantes del mundo.
Es posible que el Fiscal haya cometido errores. Jamás atribuíbles a que se haya entregado a los intereses de los narcos o a que éstos le produzcan miedo. Pueden ser más bien producto de la interpretación de unos códigos confusos y quizá demasiado elásticos, que se pueden acomodar mañosamente, como lo han buscado los abogados de los narcos del Valle, y prestarse para lavar en pocos años las que han sido siniestras carreras delictivas. O que les haya faltado manejo político a ciertas situaciones. Nada de esto, sin embargo, justifica la licuadora en la que quieren meter a De Greiff para molerlo y a lo mejor quitarlo de en medio. Por un lado el Gobierno le pide que no sea tan autónomo y estire las normas hasta donde sea necesario para clavar, como sea, a quienes seguramente no tienen en su contra evidencias muy sólidas sobre sus presuntos crímenes. Por el otro los E. U., en plan de desprestigiar a la Justicia colombiana, de enlodar sutilmente el nombre de De Greiff y presionar para que les metan 30 o 40 años a los cabecillas del cartel de Cali, no importa que la evidencia sea frágil o que las normas colombianas tengan demasiados vacíos.
Nadie espera que los narcotraficantes se queden sin castigo, ojalá el más severo. Pero qué vamos a hacer si las pruebas son frágiles? Inventarlas? Espero que en esta cacería de brujas, por asumir la defensa de quien creo ha procedido correctamente, no se me aplique, como al Fiscal, la misma llave: que simpatizo con los señores del Valle.
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