En efecto, el desenlace de más de ocho meses de incertidumbre y la actitud del gobierno frente a la acción guerrillera en el sentido de despejar una importante zona del Caquetá e impedir cualquier acción de acercamiento militar, será un tema de debate en el futuro próximo. Esto produce nerviosismo en los agentes económicos.
Pero no solo este hecho -de por sí grave- hay que tenerlo en cuenta como factor que afecta el clima de los negocios en el país en el corto plazo.
El clima laboral atraviesa por uno de los momentos más difíciles de los últimos años. La semana pasada, los trabajadores hospitalarios decidieron suspender sus actividades reclamando del gobierno mejoras salariales. La jornada contó con el apoyo de los empleados públicos que parcialmente se unieron a la protesta.
Por otra parte, se registró un acalorado debate en el parlamento acerca de un proyecto de ley sobre extradición de colombianos, reformando la Constitución Nacional. Finalmente, fue aprobado, pero los expertos no le auguran un futuro favorable en las otras instancias del Congreso de la República.
Adicionalmente, el Congreso discute un proyecto de ley de reforma tributaria, presentado por el gobierno a su consideración. Este es otro tema que causa mucho nerviosismo entre los distintos sectores productivos, por considerar que las condiciones por las que atraviesa el país no son las más favorables y puede agudizar la situación de recesión.
Los empresarios consideran que hay muchos asuntos que están afectando el clima para realizar inversiones en Colombia y hasta tanto no se despeje el panorama en varios frentes no se puede esperar una recuperación significativa.
Por ello, el Indicador de la Confianza en Colombia (ICC) mantuvo su nivel bajo de la semana anterior al cerrar nuevamente en 35 por ciento.