La suma de estos efectos hace que los cálculos del déficit del Gobierno central para 1997 se disparen. El Gobierno esperaba que, con la emergencia económica, este déficit sería equivalente a 3,9 por ciento del PIB en 1997. Después ajustar por la caída de la emergencia y por el bajo dinamismo de las importaciones, el estimativo oficial se eleva a 4,6 por ciento del PIB.
Pero el déficit puede ser aún mayor. Cuando se tiene en cuenta que el crecimiento del PIB puede ubicarse en tres por ciento o menos en 1997, y se revisan las proyecciones oficiales para moderar el crecimiento del IVA interno, el tamaño del déficit fiscal aumenta por encima del 5 por ciento del PIB.
Se sigue agravando así el faltante del Gobierno central, el cual apenas en 1995 equivalía a 2,2 por ciento del PIB.
Malos recaudos La baja en la actividad económica aumenta el tamaño del déficit fiscal, porque los recaudos tributarios son muy sensibles al crecimiento. Con excepción del impuesto de renta, que depende de lo que pasó en el año anterior, los demás tributos dependen de la actividad económica de corto plazo.
La suma del IVA, aranceles e impuesto a la gasolina genera cerca del 50 por ciento de los ingresos totales del fisco. Y a estos recaudos les está yendo mal, porque las actividades que los generan están también mal.
Las importaciones, de las cuales dependen el IVA externo y los aranceles, cayeron en 2,6 por ciento en el primer bimestre de 1997 en comparación con el mismo periodo de 1996. Pero además la actividad interna viene en declive, como lo confirma la caída de 1,22 por ciento en el crecimiento del PIB revelada por el Departamento Nacional de Planeación. La industria sin trilla de café cayó en 4,1 por ciento y el comercio cayó en 2,8 por ciento.
El Consejo de Política Fiscal (Confis), la entidad que maneja las proyecciones de ingresos y egresos del Gobierno, ya ha comenzado a introducir correcciones en sus estimativos. En comparación con los cálculos que tenía el pasado mes de marzo, el Confis ha reducido sus proyecciones de crecimiento de ingresos por aranceles en 65 mil millones de pesos y las de ingresos de IVA externo en 133 mil millones.
El organismo oficial no ha corregido aún sus estimaciones de marzo para los recaudos de IVA interno y gasolina. Esperará a contar con más datos para hacer la corrección, si ella viene al caso.
En las proyecciones hechas en marzo pasado, el Confis calculaba un crecimiento de 22,5 por ciento en el IVA interno y de 25 por ciento en el IVA externo para el año completo. En este momento, el déficit fiscal estimado por la entidad llega a 4,63 por ciento del PIB.
Crece el déficit Pero es casi seguro que estas estimaciones de crecimiento de ingresos tendrán que ser corregidas hacia abajo y el tamaño del déficit será superior. Las proyecciones del Confis cuentan con un crecimiento del PIB de 4 por ciento en el año. Sin embargo, dado el dato del primer trimestre, las estimaciones de crecimiento del PIB de los analistas privados están entre 2 y 3 por ciento para este año.
Por lo tanto, es muy probable que los ingresos tributarios crezcan menos de lo esperado en las proyecciones oficiales. No es fácil saber en cuánto, pero, para tener una proporción de las cosas, si al crecimiento del IVA interno se le hiciera una corrección similar a la que ya aplicó Confis ara los tributos externos, reduciéndolo a la mitad, el déficit fiscal como proporción del PIB llegaría a 5,1 por ciento del PIB.
En síntesis, si en las propias cuentas del Gobierno la caída de la emergencia económica le añadía cerca de 600 mil millones de pesos al déficit, la reducción del crecimiento implica un monto similar. Y la caída de los recaudos podría ir más allá de estos cálculos.
Las consecuencias de todo esto son conocidas. La presencia del Gobierno en los mercados de crédito seguirá incrementándose y ello le pondrá un piso a las tasas de interés, como se ha verificado en las más recientes subastas de TES. La caída en el crecimiento neutraliza en buena parte esfuerzos que se han hecho para reducir la inercia del déficit, como el recorte en el rezago presupuestal que se verificó hace pocas semanas. Y el panorama que se configura para el próximo Gobierno se sigue complicando. No son buenas noticias.