Su captura se produjo el domingo 20 de agosto de 1989 en Antioquia, por parte de agentes del Cuerpo Elite de la Policía Nacional.
El juez del Distrito Federal de Atlanta, William C. Kelley, impuso la sentencia al colombiano Martínez Romero después de escuchar un pedido de clemencia del acusado, su madre y su hermana.
Martínez fue enjuiciado en un proceso en el que también figuraron Pablo Escobar Gaviria, y los hermanos Ochoa, y según las autoridades estadounidenses, éste hacía parte de una organización conocida como La Mina, descubierta en desarrollo de la operación Capa Polar.
Martínez, de 38 años, se declaró culpable en agosto de 1990 por ayudar a lavar más de 1.200 millones de dólares de ganancias provenientes de las ventas de cocaína del Cartel de Medellín. El dinero fue canalizado a través de joyerías que actúan como pantallas de la operación.
El abogado de Martínez, Ed Garland, dijo al juez que la participación de su cliente en la operación del Cartel se había limitado al aspecto financiero y que Martínez nunca participó en la fabricación, venta o uso de drogas.
Acepto mi responsabilidad por haber estado envuelto en la compra y venta de dinero, sabiendo que procedía de una actividad ilegal que tenía que ver con el narcotráfico y en violación de la ley estadounidense. Estoy muy apenado por ello , dijo Martínez al juez a través de un intérprete.
Le ruego clemencia en el nombre del Señor... y en mi nombre , dijo llorando Angela Martínez, madre del acusado, a través de un intérprete.
Martínez ha estado detenido en la Penitenciaría Federal de Atlanta a la espera de la sentencia.