Con pasión, vestía los uniformes de fútbol y baloncesto de los planteles donde estudió. Hasta quinto de bachillerato estuvo en el colegio Santander de Girardot, pero, por uno de los tantos trasteos familiares, se graduó en el Libertador de Soacha.
Es amigo de la solidaridad y con el sueño de servir a la sociedad, entró a estudiar derecho en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, en la cual se graduó en 1975. Inmediatamente después, se especializó en derecho laboral en la Universidad Nacional.
Por entonces, ya trabajaba en el Ministerio de Justicia y en la Penitenciaría Nacional La Picota, de la cual fue subdirector.
Su experiencia laboral va desde el haber sido personero de Soacha, juez de Gutiérrez y Girardot, director de la Cámara de Comercio de esta última ciudad, hasta secretario general de la Gobernación de Cundinamarca. A la cátedra también le jaló, pues dictó clases de proceso penal en la Universidad de los Andes.
Actualmente, no es ni la sombra del deportista que fue en su juventud, pues ya no practica ninguna disciplina. En su poco tiempo libre se dedica a su familia, con la que suele viajar al campo para no perder las costumbres con las que se crió. Allí se divierte en grande en las cabalgatas, a las que nunca falla.
La pasividad y tranquilidad que siente al leer un libro político o histórico inglés, preferiblemente de Jefferson Archer, choca inexplicablemente con su carácter demasiado temperamental: le varía el genio constantemente.
Y como a año nuevo, vida nueva, Jorge Eliécer Chauta inició 1991 con el pie derecho posesionándose como nuevo contralor de Cundinamarca, el pasado 2 de Enero.