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CREADO NUEVO ELEMENTO QUÍMICO

Durante 23 años, los científicos han sabido acerca de la existencia de un elemento extraño, hecho por el hombre, que solamente puede crearse de átomo en átomo, cada uno de los cuales sobrevive apenas durante algunos segundos. El análisis químico de este nuevo elemento, que recientemente recibió el nombre de seaborgio, parecía imposible.

El equipo del GSI, un laboratorio acelerador de Darmstadt, Alemania tuvo éxito en la creación de siete átomos de seaborgio a una velocidad de aproximadamente uno por hora. En los pocos segundos que transcurrieron antes de que cada átomo radioactivo se descompusiera espontáneamente, los científicos pudieron realizar un análisis tipo bosquejo basado en una analogía con el comportamiento químico de algunos elementos ordinarios. Para este análisis, determinaron que durante su breve existencia el seaborgio probablemente tiene cierto parecido con los metales molibdeno y tungsteno.
Se crearon dos formas, o isótopos de seaborgio altamente radioactivo, uno con una media vida de 34 segundos y el otro con una media vida de 7 segundos. (La velocidad de descomposición radioactiva es un proceso estadístico que siempre se mide en términos de media vida, definido como el tiempo en el que la mitad de cualquier cantidad dada de una sustancia se descompone).
La creación en el laboratorio de elementos que no se encuentran en la naturaleza, comenzó en 1937 con el nacimiento de un elemento llamado tecnetio. La creación de nuevos elementos en el laboratorio se convirtió en una gran empresa de científicos y líderes militares en 1940, con la síntesis del neptunio, y luego del plutonio, el combustible de fisión de la bomba que destruyó Nagasaki.
El otro único elemento fabricado por el hombre que se utiliza comúnmente en la actualidad (aparte de las herramientas de laboratorio) es el americio, Elemento 95 de la tabla periódica, que se emplea en los detectores de humo. No se ha hablado de usos prácticos para los estudios secretos de elementos artificiales que se están adelantando en el GSI y otros pocos laboratorios, incluyendo al Laboratorio Lawrence Berkeley de Berkeley, California, y el Instituto Conjunto de Investigación Nuclear de Dubna, Rusia. Sin embargo, muchos científicos consideran que algún día, quizás muy cercano, un laboratorio creará un elemento superpesado estable que no se descompondrá rápidamente y que pueda tener propiedades poco usuales y útiles.
Pero cada paso de la búsqueda es progresivamente más difícil. La investigación del seaborgio es uno de esos casos. El seaborgio, denominado así en honor al doctor Glenn T. Seaborg, un químico americano a quien le fue adjudicado un Premio Nobel por su papel en el descubrimiento del plutonio y otros elementos fabricados por el hombre, fue creado e identificado en 1974 el Laboratorio Lawrence Berkeley. Pero apenas ahora se está empezando a revelar el perfil químico de este elemento.
Los científicos que crearon el seaborgio sabían que su nuevo elemento contenía 106 protones en su núcleo, y por definición, era el elemento 106 de la tabla periódica de elementos. A partir de la tabla periódica fue posible hacer algunas predicciones acerca del elemento 106, pero durante 23 años fue imposible verificarlos.
La tabla periódica, que se ha refinado constantemente desde que se creó entre 1868 y 1870 por Dimitry Mendeleev de Rusia y Luther Meyer en Alemania, es una herramienta vital de la teoría química. Meyer descubrió que al clasificar los elementos conocidos en orden de peso atómico, sus propiedades químicas se repetían periódicamente, en tal forma que elementos similares podían agruparse en columnas verticales. Al crear una tabla en esta forma, las propiedades de nuevas adiciones a cualquier columna vertical de elementos, podía predecirse en forma aproximada.
Exceptuando al tecnetio, los primeros 92 elementos, desde el hidrógeno hasta el uranio, existen en la naturaleza. Los elementos conocidos restantes, desde el 93 (neptunio) hasta el Elemento 112 creado el año pasado pero que aún carece de nombre, han sido, en su totalidad, fabricados por aceleradores que hacen chocar los núcleos de átomos más livianos.
En los últimos años, el GSI ha sido el líder a nivel mundial en la creación e identificación de nuevos elementos: desde 1981 hasta 1984, el laboratorio descubrió los Elementos 107, 108 y 109; en 1994, el GSI agregó a su cuenta los Elementos 110 y 111, y el año pasado, el laboratorio afirmó haber descubierto el Elemento 112.
Una de las grandes metas de los alquimistas, es la creación del Elemento 114. Muchos teóricos consideran que este elemento superpesado, cuyo núcleo contendría 114 protones y 184 neutrones, demostrará ser bastante estable; es decir, es posible que no se descomponga radioactivamente, durante un período de tiempo relativamente largo.
* New York Times News Service
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