Primero, el buen trabajo de los visitantes, que con mucho orden y oficio plantaron un esquema defensivo con muchos hombres, delante de su portero.
Segundo, porque en Millonarios no estuvo (por lesión) John Mario Ramírez y el equipo careció de un guía. Raúl Ramírez intentó, Christian Santamaría estuvo equivocado y el Choco Suárez tuvo más voluntad que acompañamiento.
Tercero, el Unicosta cada vez que tuvo el balón lo administró con buen criterio, con un alto porcentaje de asocio del argentino Villa, Bolaño, Calanche, Colliard y el Checho Angulo.
Cuarto, Millonarios, en medio de su confusión, abusó del juego por el centro, a pesar de que cuando abrió la cancha, en especial por la derecha donde se juntaban Choco y Flaminio Rivas, creó peligro.
El partido no era abierto y en 50 metros se paraban 20 jugadores. Por eso las emociones fueron pocas y gracias a tiros de media distancia. El primero, el veterano Wilson Pérez, que vio salido a Burgues y lo hizo volar. Después, El Gato Pérez, respondió por la misma vía y Julio Gómez se estiró y desvió el disparo.
Bastaron 20 minutos El Unicosta mostró lo suyo y le complicó la vida a Millos, que fue mucho más fluido cuando abrió el marcador. A los 6 minutos del complemento Raúl Ramírez levantó un tiro de esquina al primer palo. Christian Santamaría buscó el balón en las 5,50, lo aguantó con su pierna izquierda y con una mediavuelta forzadísima lo metió arriba, lejos de las manos de Gómez.
Un gol que llegó en el momento justo, el instante más crítico de Millos: tres minutos atrás El Gato Pérez falló un penalti (bien controlado por Gómez) y falló en el rebote.
Lo más difícil ya estaba hecho. Con el marcador 1-0, Unicosta se abrió un poco y Millos ganó en tranquilidad y desarrolló un balompié más claro y simple. La reacción se basó en el trabajo de Javier Martínez ( qué calidad!), Choco (talento, picardía y pulmones), Santamaría (que levantó con el gol) y Raúl (regularidad en su doble función de marca y ataque). Claro, también estuvo en la suya el portero Burgues, que paró en dos tiempos un metrallazo de Wilson Pérez.
De nuevo, como si fuera un desafío de cañonazos, Millos respondió con un taponazo de Choco , que hizo volar a Gómez. El portero le metió la mano al balón, que luego se estrelló en el travesaño.
Millos controlaba e intentaba. A los 13 minutos Raúl pateó un tiro libre que perforó la barrera y dejó parado al arquero para el 2-0. Y con ese marcador Millos empezó a carburar el tercero, que casi llega con una doble pared inmensa entre Gato y Martínez que finalizó con un centro a Santamaría, que solo, dos pasos adelante del punto penalti, remató y puso el balón en el horizontal.
Pero los bogotanos se fueron quedando y el Unicosta buscó el descuento hasta que lo encontró con Colliard, que pescó un rebote en el borde del área y acarició el balón que se elevó y se metió en el ángulo superior derecho del arco de Burgues. Golazo para el 2-1.
Unicosta amenazaba con empatar y Millos con dejarse.
Así las cosas, Umaña prefirió reforzar el medio campo (Yesid Mosquera por Santamaría) y asegurar el balón. Era el mejor remedio para evitar una segunda sorpresa.
La primera fue el Unicosta, que no le hizo para nada fácil el partido a Millonarios.