Temen que se encuentren con el espectáculo que desde hace dos años se presenta sin que autoridad alguna haya podido encontrarle solución.
Varios taxistas, que vecinos de la urbanización calculan en 200, utilizan la falda del cerro de La Bandera, a la alcatura de la calle primera con carrera 62A, como mingitorio o baño público.
Se ha vuelto costumbre, dicen los vecinos, que estacionen los vehículos y sin mayores reatos procedan a hacer sus necesidades.
Nueve de ellos ya fueron sancionados por la estación de Policía de Siloé. Pero solo se trató de una amonestación, pues orinar en sitio público es contemplado en el Código de Policía como una contravención.
Ni la Administración municipal, ni el Dagma, ni la Cvc, ni la Secretaría de Tránsito han logrado persuadir a estas personas.
Durante dos años, los habitantes de este sector de Pampalinda han ido de un lugar a otro, exponiendo su caso, enviando comunicados a todo tipo de oficinas sin ningún resultado.
Un funcionario del Dagma se comprometió a organizar con las secretarías de Tránsito y de Gobierno y la Policía con el fin de buscar una solución definitiva.
LEYENDA Desde las ventanas de sus apartamentos, los vecinos fotografían a los taxistas.