Según la Biblia, Josué y sus tropas tomaron la ciudad alrededor del año 1.400 antes de Cristo.
Pero dos arqueólogos de la Universidad de Roma, Lorenzo Nigro y Nicolo Marchetti, afirman que tal cosa nunca ocurrió.
En rueda de prensa, los arqueólogos hablaron sobre sus excavaciones recientes en Jericó, y dijeron no haber hallado prueba alguna -tales como estratos de ruinas o cenizas- de que la ciudad fuese saqueada en la época de Josué.
En cuanto a las murallas de la ciudad, consideraron que, a juzgar por la sección que excavaron este año, están intactas.
La Biblia dice que las murallas de Jericó se desplomaron cuando los sacerdotes de Josué las rodearon y tocaron sus trompetas frente a ellas durante siete días.
Las declaraciones de los arqueólogos italianos están llamadas a suscitar polémicas en la región, donde la arqueología con frecuencia se mezcla con la política y la religión.
Los judíos practicantes consideran que Josué fue el principal asistente y sucesor de Moisés, que llevó a los judíos a la Tierra Prometida. La batalla de Jericó fue un momento clave de esa campaña, según la Biblia.
La misión arqueológica italiana fue la primera expedición de su categoría a la Cisjordania desde el comienzo de la autonomía palestina en la región en 1994.