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QUIÉN ESTÁ DETRÁS DEL COMPLOT PARA MATAR A PABLO ESCOBAR

Tres poderosas bombas, cada una de 500 libras de peso, usadas por el Ejército de El Salvador en operaciones de tierra arrasada, estarían escondidas en algún lugar de Colombia desde el pasado cuatro de marzo. El arsenal, que desapareció de las bodegas de material reservado de la Fuerza Aérea salvadoreña, tendría como destino una operación para volar la cárcel de máxima seguridad de Envigado, donde se encuentran recluidos Pablo Escobar y 14 de sus lugartenientes.

Redacción El Tiempo
La hipótesis de que el material bélico sería utilizado para atentar contra el jefe del Cartel de Medellín, fue entregada por el Ministerio de Defensa de El Salvador, que se basó en las declaraciones iniciales de un teniente coronel y de un civil, detenidos junto a otras 16 personas.
Todos están sindicados de participar en el robo y posterior venta de los tres explosivos también según la versión del teniente coronel y el civil a dos colombianos identificados como Marcos y Richard o Jorge Salcedo , presuntos emisarios del Cartel de Cali.
En Colombia, no obstante, la Policía se abstuvo de precisar el posible blanco del ataque, a la espera de recavar más información proveniente de esa nación centroamericana.
Hacia allá se desplaza hoy una comisión investigadora compuesta por dos oficiales de la Dirección Antinarcóticos y un funcionario de la Interpol.
Un observador, que pidió mantener su nombre en reserva, dijo a EL TIEMPO que es posible que las bombas sí estén en Colombia, pero resulta poco creíble que un emisario, encargado de cumplir tan complicada misión, revele contra quién van a ser empleados los explosivos y quiénes son los cerebros de la operación .
Fuentes de los organismos de seguridad afirmaron que podría tratarse de un complot orquestado por el propio Escobar para justificar su eventual fuga de la prisión.
En este caso dijo la fuente es necesario tener en cuenta que el capo está perdiendo el control absoluto que mantenía en su cárcel. El Gobierno le está apretando las clavijas y a Escobar eso no le gusta.
Además, en el proceso penal que se le adelanta, se han recogido evidencias que lo comprometen en crímenes que no confesó, lo que implica, frente a una posible condena, la pérdida del beneficio de la rebaja de penas .
Ayer, Orlando Aguilar, uno de los comandantes del desmovilizado frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), dijo en San Salvador que desde hace tiempo se sabe que militares salvadoreños hacen negocios con narcotraficantes colombianos y anunció que ese movimiento le pedirá al presidente Alfredo Cristiani una explicación pública sobre lo ocurrido. Aterrizaje en El Zapote
La Policía Antinarcóticos de Colombia dio a conocer ayer el informe entregado por la Unidad Ejecutiva Antinarcotráfico de El Salvador, en que se relatan los pormenores de la operación que condujo a develar el supuesto plan para acabar con Escobar y sus lugartenientes.
Así, el pasado miércoles 4 de marzo, un informante dio cuenta del aterrizaje de una avioneta, con matrícula N706ML, en la pista de aterrizaje conocida como El Zapote, situada en el Cantón Cara Sucia del departamento de Ahuapachán, cien kilómetros al norte de San Salvador, en la frontera con Guatemala.
Eran las 5:15 de la madrugada cuando varios hombres, armados con pistolas, llegaron a la pista a bordo de un viejo camión tipo Dina, color rojo. En pocos minutos bajaron varias cajas de madera y las introdujeron en la aeronave, que despegó inmediatamente. Una bomba en la finca
Uno de los desconocidos fue identificado por el informante como Nelson Comandari, quien posee una vivienda cerca de allí, y ha sido sindicado varias veces como un poderoso narcotraficante de El Salvador. Comandari, de 47 años, fue detenido en dos ocasiones por tráfico de drogas, pero liberado al parecer con la complicidad de los jueces.
Su familia es una de las más ricas del departamento de Sonsonate, en la costa occidental del país y se dedica al comercio y la agricultura en gran escala.
Pero fue al día siguiente, 5 de marzo, cuando la Policía salvadoreña descubrió, en la hacienda San Emigdio, situada en el departamento de Sonsonate, una bomba de 500 libras de peso y un enorme poder explosivo. El artefacto estaba pintado con color amarillo y tenía la marca Caterpillar, que ocultaba el verde olivo original y daba la sensación de ser una pieza mecánica.
Allí fueron capturados Comandari y su hermano Jesús; Wilfredo Larrazábal, cubano; Edwin Castellanos y Luis Catalán Franco, guatemaltecos; Rolando Fuentes Posada, César Augusto Carrillo, Reinaldo Cruz, Raúl Polanco, José Martínez, René Ala, José Castro, José Rivera y Nelson Benítez, todos salvadoreños.
Los detenidos relataron que la avioneta fue cargada con tres bombas de quinientas libras cada una, pero la cuarta no cupo por el sobrepeso. Fue por eso que la llevaron a la vivienda.
En los interrogatorios los detenidos sindicaron a tres militares: el teniente coronel Roberto Antonio Leiva Jacobo, ejecutivo de la base militar de Comalapa; el sargento José Luis Parada Torres, almacenista de la misma guarnición y el motorista Pablo Menjivar. Los dos primeros fueron capturados el viernes anterior. El último logró evadir la acción de las autoridades.
El sábado 7, y por estar vinculada con el mismo delito, la Policía salvadoreña detuvo a Dora Magdalena Dorath de Comandari, esposa del supuesto narcotraficante.
Esta versión de los hechos, entregada oficialmente por la Unidad Ejecutiva Antinarcotráfico de El Salvador, será conocida en detalle por la comisión de investigadores enviados a ese país por el gobierno colombiano.
Sobre el terreno donde ocurrieron los hechos se tratará de establecer si realmente las bombas fueron enviadas a Colombia, si los supuestos emisarios sí eran colombianos y si eran del Cartel de Cali. Además, intentarán develar la pregunta de fondo: sí se estaba planeando un atentado contra Pablo Escobar?
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Redacción El Tiempo
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