Adornada con flores blancas y trencitas en el pelo, Flor Angela vertió el agua bendita en el estanque donde Luna nadaba con sus padres, Tursi y Boni , y su tía Rosi .
Después fue llevada por Tursi y Rosi a una plataforma flotante. Allí los dos delfines le dieron la mano (o la aleta). Luego se lanzó lanzó al agua para nadar con ellos.
Flor Angela, que tiene nueve años de edad, había llegado dos días antes a la isla San Martín de Pajarales, cerca a Cartagena.
Cuando se enteró de que ella había ganado el concurso, parte de cuyo premio era viajar a la isla al bautizo, la familia Quintero Chacón empezó a hacer los preparativos para acompañarla.
Rafael Vieira, dueño del oceanario, su familia y las entrenadoras de los delfines, Wallis Muñoz y Mauren Vargas, recibieron con delfines de peluche a Flor Angela, a sus hermanitos Camilo y Sebastián - que también habían participado en el concurso y no querían perderse la oportunidad de ver a Luna y sus padres, Rubén y Sonia.
Ese día vieron la presentación de los delfines. Cuando los turistas abandonaron el lugar Flor Angela se metió al agua, nadó con ellos y los acarició con su mano.
Los delfines la llevaron hasta la plataforma flotante. Allí una de las entrenadoras le enseñó a comunicarse con ellos mediante señales, para que hicieran los ejercicios que ella quisiera. Más tarde Flor Angela, que nunca olvidará ese 3 de mayo, les dio de comer.