En estos términos fue definida la coyuntura actual del país por Bernard Aronson, subsectario de Estado para Asuntos de América Latina entre 1989 y 1993.
Aronson, que prestó sus servicios bajo las administraciones Bush y Clinton, afirmó que en este momento el Gobierno de Estados Unidos no ha tomado una decisión definitiva sobre la aplicación de sanciones económicas a Colombia.
Sin embargo, enfatizó que el clima de las relaciones entre los dos países se ha deteriorado gravemente en los últimos años y que en algunos sectores del Gobierno y el Congreso de Estados Unidos ya no hay la certeza de que Colombia sea un verdadero aliado de ese país en la lucha contra las drogas.
Aronson se desempeñó como funcionario del Gobierno de Estados Unidos en una época en que florecieron las iniciativas de cooperación entre Colombia y ese país. Tuvo una intervención directa en la creación de la Ley de Preferencias Andinas (ATPA). Es considerado como un influyente analista de las relaciones interamericanas en Washington.
El analista estadounidense presentó estos puntos de vista ayer en Bogotá durante el seminario Fedesarrollo-Anif, en el que analizó el estado de la economía colombiana. Aronson intervino con una ponencia como invitado especial al seminario.
Aronson considera que las recientes gestiones realizadas por funcionarios oficiales y empresarios colombianos en Washington han sido recibidas con atención por parte del Gobierno de ese país. De la misma forma, afirmó que la reciente aprobación del tratado de cooperación marítima contribuyó a mejorar el ambiente en torno a Colombia.
Sin embargo, las decisiones que tome el Congreso de Colombia en el curso de las próximas dos semanas tendrán una importancia crítica sobre el estado de la relación y sobre la decisión de certificación que se tomará en breve , dijo.
Afirmó que será necesario que el Congreso de Colombia realice avances sustanciales en temas como el endurecimiento de penas para influir sobre la decisión de la certificación.
Promesas incumplidas Aronson afirmó que el Gobierno de Estados Unidos espera hechos sustanciales para confirmar que Colombia es todavía un aliado suyo en la lucha contra el narcotráfico.
Recordó que en julio de 1994 el presidente Samper dirigió una carta al Congreso de Estados Unidos en la cual se comprometió a hacer avances sustanciales en varios puntos críticos de la lucha contra el narcotráfico.
La carta cubría puntos como el aumento de penas y la eliminación de las fisuras en la ley de sometimiento; fuertes leyes anticorrupción y contra el lavado de dinero y una promesa de que se perseguiría enérgicamente a los corruptos y a los cómplices de los narcotraficantes que actúan dentro del sistema político.
Si estas promesas se hubieran cumplido afirmó Aronson no estaríamos hablando de sanciones en este momento, sino de ampliación de los flujos de inversión y expansión de las relaciones económicas entre los dos países.
Aronson insistió en que se necesitan hechos que demuestren cuál es la verdadera actitud de Colombia respecto al problema. Comparó las penas que recibieron los hermanos Rodríguez Orejuela en Colombia con la que se le aplicó en Estados Unidos a Juan García Abrego: once sentencias de cadena perpetua y una multa de 120 millones de dólares.
Democracia en peligro El ex funcionario del Gobierno de Estados Unidos afirmó que sería un error si los colombianos concibieran este tema en términos de encontrar cuál es el mínimo esfuerzo necesario para apaciguar a Estados Unidos y evitar unas sanciones.
En realidad, dijo, lo que Colombia enfrenta es un momento crítico para la supervivencia de su democracia.
Lo que los colombianos deben pensar es: Cuál es el país que vamos a dejar a nuestros hijos? .
Hasta hace unos años las democracias eran derrotadas por los tanques de guerra. Hoy vemos que pueden desaparecer bajo el efecto de la corrupción , afirmó.
Los narcotraficantes han intervenido en las dos últimas campañas presidenciales en Colombia. Lo hicieron en 1989, con el asesinato de Luis Carlos Galán. Lo hicieron también en 1994, al introducir millones de dólares en la campaña de Ernesto Samper. Han intervenido para negarle al pueblo colombiano la posibilidad de elegir libremente quién gobierna este país .
Es más, los narcotraficantes aún están interviniendo en el proceso democrático, probablemente en formas más estructurales y permanentes que en el pasado , afirmó.
Aronson afirmó que la Ley de Televisión aprobada por el Congreso de Colombia, en la cual los noticieros están sujetos a una revisión semestral de contenido que puede terminar en la pérdida de su licencia, va en contra de la democracia. Es una ley propia de un Estado totalitario , afirmó. Es similar a una ley que introdujeron los sandinistas cuando llegaron al poder en Nicaragua .
Aronson dijo también que los diferentes narcomicos que han hecho tránsito hasta etapas avanzadas en el Congreso, algunas veces con el apoyo de altos funcionarios del Gobierno, son una prueba de la infiltración de los narcotraficantes en la política y de su capacidad para modificar la estructura legal del país.
Aronson también afirmó que episodios como la abrupta terminación de la transmisión televisiva de la intervención de un congresista opositor al Gobierno, durante el juicio al presidente Samper, fue otro episodio que puso en duda la solidez de la democracia en Colombia.
Aronson afirmó que se siente orgulloso de ser considerado en Estados Unidos como un amigo de Colombia. Pero un amigo es alguien que le dice a uno la verdad aunque sea dolorosa, y especialmente cuando es dolorosa , dijo.
Afirmó que, aunque entiende que sus palabras serán rechazadas por muchos colombianos, su obligación era decirlas.