Un alto en el camino
'El árbol del bien y del mal'
"Del árbol del bien y del mal no comáis, porque moriréis." Génesis 2,16
Obviamente, el texto sagrado nos está hablando metafóricamente: Dios concede
al hombre disponer de toda la creación (= comer de todos los árboles del
Paraíso), pero le impone una norma intocable: la conciencia: del "árbol del
bien y del mal no comáis porque moriréis". El hombre debe seguir el juicio de
su conciencia bien formada: esta es la pauta de salvación que Dios le dejó
para orientar su conducta. Si el hombre "come del árbol del bien y del mal",
vale decir, si altera el juicio de su conciencia, llamando moralmente bueno lo
que es malo, peca y se desorienta. Manipular la conciencia es caer en el
relativismo moral. Nos parece una conducta muy atrayente y agradable, pero fue
el pecado que cometió Eva, dejándose seducir por la serpiente, "el más astuto
de los animales", metáfora que vale por la astucia del Tentador, que nos
induce a tener el mal por bien. Y Eva pecó e induj
Por:ALFONSO LLANO ESCOBAR
26 de febrero 2012 , 12:00 a. m.
Estos mitos parecen juegos de niños, y más de un 'sabio' se ríe de ellos y los
desprecia, como si no fueran Palabra de Dios, que quiere que todos sus hijos,
creyentes y no creyentes, obren rectamente.
Algo muy grave está pasando en nuestro país. Los casos de los dos curas, el de
Luis Carlos Restrepo, el de Carlos Alonso Lucio y el de muchos otros pusieron
en un primer plano el problema de la alteración de la conciencia: todos los
colombianos de juicio que conservan un poco de sensatez andan asustados,
escandalizados, perplejos: ¿qué está pasando en Colombia? Todos nos
preguntamos: ¿será cierto que nadie es culpable en Colombia? ¿No será todo lo
contrario, que todos "estamos comiendo del árbol del bien y del mal"? Todos se
declaran inocentes ante los jueces.
Se está cumpliendo aquel dicho que dice: "El que peca y reza empata". A los
curas los encontraron con el rosario en la mano. ¡Qué despiste tan mayúsculo
para quien se deja engañar por las apariencias! Ante los jueces, los
criminales invocan su inocencia. Solo confiesan su crimen los que desean
remisión de penas. Todos los demás son culpables. ¿Qué les pasa a los
guerrilleros, a los asesinos, que apelan a su conciencia para hacernos creer
que obran correctamente? ¿No será que cometieron el mismo pecado de Eva,
dejándose seducir por el Maligno? ¿Qué les pasa a los corruptos de cuello
blanco, a los políticos y banqueros, a los excongresistas, a los
exgobernantes, que andan propalando a fiscales y a jueces que son inocentes,
que su conciencia nada les reprocha? Dios ve lo más profundo de las
conciencias. A Dios nadie lo engaña.
Una aclaración importante: el día en que la brújula deje de marcar el Norte se
pierde el viajero. El día en que la plomada deje de caer verticalmente, la
pared queda torcida. Saque la conclusión: ¿por qué no cae en la cuenta de que
el día en que su conciencia se tuerza y le diga que lo malo es bueno está
usted perdido? Cayó en el relativismo moral. Se acabó la norma de moralidad.
Su vida anda torcida. ¿Sería el caso de los dos curas? ¿El caso del alto
comisionado para la paz y de tantos otros?
¿No nos damos cuenta de que estamos quedando "desnudos"? Si no entiende la
metáfora, ¡perdió el sentido de la vergüenza!