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UN CÉSAR EMPROBLEMADO

A Gaviria le está ocurriendo guardadas proporciones lo de Salinas de Gortari. Después de salir de la Presidencia con un prestigio bruto, esa buena imagen ha ido derrumbándose lenta e inexorablemente.

D ARTAGNAN
Pero no solo porque la desaforada apertura económica y el neoliberalismo rampante propiciados por ambos ex presidentes y enarbolados aquí, atrabiliariamente, por su ministro Hommes condujo al país a una situación social casi insostenible, sino porque al Secretario General de la OEA le han pasado cosas no tan delicadas como a Salinas (a quien culpan indirectamente del asesinato de Colosio), aunque no menos penosas. Como fue el secuestro de su hermano Juan Carlos, del que por ventura salió libre, gracias a su intervención e influencia directas.
Pero, cuál es la gran diferencia entre Gaviria y Samper? Algún observador amigo me lo explicaba en forma gráfica. Mientras el primero fue alcalde de Pereira, representante a la Cámara durante buen período por el grupo del Plumón Vélez, ministro de Hacienda y luego de Gobierno durante la Administración Barco es decir, toda una carrera política ascendente y cultivada peldaño por peldaño, Samper saltó del Senado a un fugaz ministerio de Desarrollo, para ocupar después una breve embajada y de ahí alcanzar la Presidencia.
En síntesis, lo que el observador pretendía significar es que, aun cuando Gaviria ha sido más hábil que Samper (éste fue durante buen tiempo presidente de Anif, que es al fin de cuentas sector privado), paradójicamente Samper se ha quedado con el pecado de ser el político, y Gaviria de proyectarse como el técnico . Y aunque tal sea la imagen que irradia cada quién, sigo pensando que Gaviria es mucho más político que Samper; en tanto que éste acusa cierta mansedumbre y esa sensación de ser seguir siendo, sobre todo con sus enemigos, que además lo odian lo que llaman buena papa . Dos posibles virtudes desde el punto de vista humano, pero dos tremendos defectos desde el punto de vista del gobernante.
Mas a Gaviria el calculador; al personaje frío que doña Nydia Quintero describe como sin alma y que algunos admiradores suyos simplemente tipifican como un político realista es decir, sin compasión ni corazón, finalmente se le está saliendo el cobre , según enseña el dicho popular. En efecto, para poder salvar la vida de su hermano, se sospecha que le vendió poco menos que su alma ésa que doña Nydia dice que no tiene a Fidel Castro, a fin de intercambiar a los captores del rehén por la integridad física de éste. Y felizmente lo consiguió. El César, el orondo Secretario General de la OEA que logró salir elegido gracias al indudable apoyo que le brindó Estados Unidos, asegura que, en el caso de su hermano, se trató de una misión humanitaria para salvar una vida . Pero los parlamentarios republicanos Lincoln Díaz Balart, Robert Torricelli, Dan Burton, Christopher Smith, Robert Menéndez e Ileana Ros-Lehtinen, se preguntan varias cosas. Alegan no solo que Gaviria no puede actuar imparcialmente en la OEA después del pacto con los secuestradores de su hermano y el régimen de Castro para su liberación, y el otorgamiento de santuario en Cuba para los terroristas . Opinan asimismo que, como en el caso de Juan Carlos, si hay tantos secuestrados por las Farc y la guerrilla sigue manteniendo estrechos vínculos con Fidel, por qué César no aboga por la suerte y vida de todos ellos. Y, como Estados Unidos eligió a Gaviria en la OEA y lo que está de moda hoy es todo cuanto encierra el espíritu excluyente de la ley Helms-Burton, es claro que dichos gringos se están dando golpes de pecho con aquella elección, y a lo peor quién sabe si el propio Clinton ya pensará igual.
Y si digo que finalmente a Gaviria se le salió el cobre es porque, para poder hacer lo que hizo, contó con la colaboración en este caso vital del Gobierno y, como él bien lo sabe, con la ayuda de Samper. Eso quedó de alguna forma registrado en una famosa foto en la que ambos personajes aparecen abrazados, el día de la liberación de Juan Carlos. Pero, pasadas algunas semanas, y como para que no quedaran dudas de que Gaviria no se había samperizado por este noble gesto, entonces resolvió conceder un autorreportaje a EL TIEMPO, poco antes de viajar el Presidente a Europa para reunirse con Chirac, a fin de que quedara claro no solo ante los ojos de la opinión colombiana, sino sobre todo de las respectivas autoridades norteamericanas que él, don César, no solo no estaba respaldando a este régimen, deslegitimado por corrupto según tesis de los conspiradores, sino al revés: que seguía atacándolo y debilitándolo, ya no apenas por interpuestas personas a través de sus distintos ex ministros sino directamente por su boca y pluma. Repito: para que no quedara duda de que estaba definitivamente identificado con el Gobierno norteamericano ése que, mucho antes de su contubernio con Castro, había jugado papel clave en su elección a la OEA, y radicalmente opuesto al Gobierno colombiano, desestimado por los gringos, o desvisado , para decirlo mejor. Pese a hechos como el sistema de rebaja de penas, de la que gracias a la Administración Gaviria tánto se benefició el clan Ochoa, aunque ahora naturalmente Samper paga el pato ante los ojos del Tío Sam.
Lo cual comprueba que por ilustre y habilidoso que se sea jugar a tántas carambolas finalmente rompe el paño. Porque la verdad monda y lironda es que Gaviria está emproblemado: pierde crédito en Washington y, salvo unos cuantos amigos ricos, cada vez lo quieren menos en Colombia, por su falta de solidaridad con problemas que dirá para sus adentros no son suyos ni van con él.
Y ahora, quién podrá defenderlo? A lo mejor no contamos todavía con su astucia. O la subestimamos, que es peor. Pero confiar, lo que se dice poder confiar en César Gaviria, sí que es un reto. O un riesgo. En fin, todo un azar.
D ARTAGNAN
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