Después de una franca entrevista con mi esposo y yo, nuestro hijo parece dudar. Por primera vez, que nosotros sepamos, ha comenzado a admitir que confronta un problema. Hay algo que podamos hacer para ayudarlo a que se vuelva sobrio? Mi esposo es un alcohólico que se recuperó hace 15 años.
Respuesta definitivamente, su hijo es alcohólico. Tiene el historial genético (padre alcohólico), lagunas alcohólicas, líos legales, erogaciones económicas (honorarios del abogado, etcétera), problemas emocionales (cambios de personalidad) y dificultades en el trabajo (ausentismo), todo por culpa de la bebida. Sus únicas opciones, como usted dice, son abstenerse del alcohol, aunque se sienta muy desgraciado, o al menos tratar de controlarlo, para que otros no sufran. Ello será así hasta que se cure, o se muera.
En mi opinión, su hijo necesita asistir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos inmediata y regularmente, y matricularse en un programa ambulatorio de consejería para alcohólicos (precedido, si fuere el caso, por una reclusión hospitalaria especializada de 28 días).
Al mismo tiempo, debería hacer que su abogado aplazara el caso para que cuando comparezca ante el juez, el tratamiento esté bien adelantado.
Después de que su hijo se someta a esta terapia, comenzará a ver que es alcohólico, que realmente fue culpable del delito de conducir embriagado y, lo más importante de todo, que la vida sobria le gusta.
Cuando finalmente se presente al juzgado, su hijo estará en capacidad de aportar la prueba de su asistencia a las reuniones de los Alcohólicos Anónimos y la certificación escrita de su gradual recuperación expedida por el hospital o la clínica en que ha seguido las sesiones ambulatorias de consejería. El cambio de apariencia y de actitud por parte de su hijo será más elocuente que el alegato de cualquier jurista.
También convendría que su esposo compareciera al juzgado con él. Podría aportar un testimonio personal sobre la recuperación de su hijo, no solo desde la perspectiva de padre, sino desde el punto de vista de su experiencia como alcohólico regenerado.
He aconsejado este procedimiento a un gran número de pacientes en el curso de los años. Casi siempre, los jueces reaccionan favorablemente, con benignidad constructiva: por ejemplo, a veces permiten que los sindicados conserven su pase o licencia para conducir, pero con la condición de que lo hagan únicamente al lugar de trabajo, al centro de sicoterapia y a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Después de todo, lo que los jueces quieren es que haya una rehabilitación. Y las simples medidas de seguridad, o encerrar en la cárcel a un conductor ebrio, no sirven para regenerar a nadie, y esto los jueces lo saben bien. Prevención además de lograr la abstinencia y la sobriedad, el paso más difícil en la senda que aconsejo es hallar un abogado que atienda estas cosas. Presiento que el abogado del tío de su hijo no es la persona más indicada. Su hijo debe conseguir otro. Ustedes pueden ayudarlo.