Hasta hoy, 1.300 hectáreas han sido afectadas por el insecto del tamaño de la cabeza de un alfiler, que se ha convertido en la mayor dificultad de los cafeteros del país.
Esta lucha se ganará gracias a la experiencia en combatir plagas y la tecnología disponible, pero fundamentalmente por la unión de los cultivadores , dice El Comité de Cafeteros de Cundinamarca.
Desde pequeños hasta grandes caficultores están emprendiendo trabajos comunitarios y manuales que incluyen desde la revisión de las plantaciones hasta la recolección oportuna del grano.
Se han creado grupos de amistad encargados de alertar sobre la presencia de la broca a los técnicos del Comité, las Unidades Municipales de Asistencia Técnica (Umatas), las secretarías de Agricultura local y departamental. Los funcionarios visitan las fincas y hacen las recomendaciones necesarias para frenar el avance del insecto.
Para el control, el Comité dispone del hongo Beauveria Bassiana, cuya aplicación y elaboración corre por cuenta del campesino para reducir costos. También se recurre a la avispa de Uganda y otras especies de hongos.
Un vocero del gremio dijo que existe inquietud por la llegada de la broca a todos los municipios vinculados con la actividad. Agregó que la situación es complicada y su erradicación depende de la atención estricta de las recomendaciones, además de la asesoría eficiente de los técnicos .
Sin fama, Cundinamarca también tiene aroma de café. Hay 46.250 hectáreas cultivadas y desde siempre el departamento se destacó por extensas haciendas y por la producción de municipios como Viotá, La Vega, El Colegio, La Palma, Yacopí, Sasaima, Vergara y Pacho.
El inicio de la ruta cafetera en el país se lo atribuyen Magdalena, Santander y Cauca, pero en Cundinamarca se extendieron los primeros grandes plantíos hacia 1833. Además, aquí nació el primer comité regional para defender la industria y el pequeño caficultor e impulsar las exportaciones.
De los 600 municipios productores de café, 67 están en Cundinamarca, donde 41.330 labriegos cultivan el grano, hoy su mayor orgullo. Según el Comité, el 7.5 por ciento de los 9.3 millones de sacos exportados durante el año cafetero, salió de la región.
Los caficultores esperan que el Gobierno facilite alternativas frente a la deuda del sector con las entidades crediticias, los bajos precios internos del grano y la falta de inversión estatal en el sector rural.