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JULIO BOCCA: UN PETIZO GRANDE

Un rubio pequeño, vestido de jeans, tenis y camiseta llegó a la sala, se sentó frente a los micrófonos, se quitó los lentes dorados y dijo con cierta timidez: Bueno, quién comienza? .

Redacción El Tiempo
Dejaba la duda de que fuera ese hombre de proporcionada figura que las fotografías muestran como la plasticidad en una de sus mejores expresiones. Pero sí, era él: Julio Bocca, el bailarín argentino que buena parte de la crítica mundial de la danza considera el sucesor de Nureyev y de Baryshnikov.
Cuando alguien soltó el primer interrogante, ya el el embajador argentino, Hernán Massini y Fanny Mickey, la directora del Teatro Nacional, estaban sentados a su lado. Cómo un latinoamericano logra colocarse entre los primeros lugares del ballet mundial que parecen reservados a nombres rusos? , preguntan.
Mirá -contesta Bocca- creo que aparte de un trabajo constante y de amar lo que estoy haciendo, tuve la suerte de llegar en un momento en que los nombres principales se estaban retirando. Hubo figuras que aparecieron cuando estaban en su mejor momento Nureyev, Baryshnikov o Bufones y todos los carteles y el público se volcaba sólo hacia ellos. En mi caso, la prensa se volcó hacia mí. Y luego está el trabajo: uno tratar de mejorar y llamar la atención sobre lo que hace .
Eso empezó hace 10 años, cuando obtuvo a los 18 de edad la medalla de oro del Quinto Concurso Internacional de Moscú. Triunfar allí me abrió las puertas . dice.
Un año después ya danzaba Don Quixote al lado de Baryshnikov, a quien Bocca le agradece más la oportunidad de estar junto a él que sus consejos. Es que yo -dice- soy de escuchar, pero soy mucho más de poner de mí .
Por puro gusto
Y según cuentan los entendidos, Bocca suele poner toda la carne en el asador a la hora de entrar en el escenario, aunque con la edad eso también ha ido cambiado: Cuando era joven me tiraba más al peligro porque era inconsciente. Ahora me cuido más .
Como ya pagó todos los derechos a piso para conseguir un nombre internacional, desea disfrutar más las cosas. Quiero volver a cuando era chico y hacía esto porque me gustaba , afirma.
Otra cosa que se ha propuesto es mantener su espíritu argentino: Soy bastante nacionalista. Por eso predomina el tango en mi repertorio. No hay que perder lo nuestro. Y me gusta trasmitir esas sensaciones a mi compañía .
Esto también es parte de su evolución como artista. Antes pensaba que lo clásico era todo. Pero luego se dio cuenta que el todo era la danza en sus diversas ramas, desde el ballet o el jazz hasta el tango y la salsa.
Así se explica que haya montado obras con música de Peter Gabriel y que para el 97 tenga marcado el estreno de otra con música de Fito Páez, en presentaciones al aire libre. Si uno baila con música de Fito o Gabriel, la juventud se va animar a ver el espectáculo .
Meta: 2006
En el escenario, Bocca a prometido estar sólo por 11 años más. El 6 de marzo del 2006 piensa colgar sus zapatillas en Buenos aires, después de una año de despedidas por todo el mundo.
Luego podría ser muchas cosas, menos crear coreografías, porque no le nace.
Quizás sea maestro de bailarines profesionales, para repetirles que el talento necesita de la constancia y de un poco de suerte y que hay que saber aprovechar todas las oportunidades por más pequeñas que sean.
De pronto también podría empezar a opinar de política y otras cosas. Algo que hoy no haría porque -dice- la gente no sabe diferenciar entre la opinión personal del artista y el artista, y te bajan el nivel artístico por lo que dijiste .
Bocca conoce bien las consecuencias de un cara famosa. Para ir a una discoteca o al cine, debe estar por fuera de Argentina.
Por fortuna, gran parte del tiempo se la pasa de país en país. La lista es larga y en ella está ya Colombia, a donde vino, entre otras cosas, atraído por las maravillas que le contó el bailarín colombiano Ricardo Bustamante, quien fuera su compañero en el American Ballet.
Espera que aquí no le suceda lo mismo que en México, donde dos veces tuvo que suspender su presentación porque la altura lo hizo desmayarse.
Sólo esa altura es un problema para Julio Bocca, porque la otra, la de su cuerpo, nunca lo ha sido: Siempre digo que Baryshnikov es más petizo que yo y bueno... .
Redacción El Tiempo
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