Para nadie es un secreto que peloteros de la talla de Edinson Rentería y Diego Arellano tienen calidad suficiente para desempeñarse como recamareros clase AAA, o que Alex Gómez, Roque Román o Walter Miranda son lanzadores de primera línea, o que el brazo de Carlos Balcázar no tiene nada que envidiarle a los buenos receptores, o que los hermanos Cabrera son sensación en cualquier estadio por su calidad y picardía para jugar pelota. Y como estos que acabo de mencionar, hay mucho más criollos, que como los extranjeros que viene a esta temporada aportan lo suyo.
Este año, en su afán por colaborar con este deporte, los patrocinadores han formado un arroz con mango en lo que tiene que ver con la utilización de los estadios en las plazas donde se cruza el final de la Serie Nacional y el inicio del profesional.
Esto porque los avisos publicitarios de uno y otro evento son enemigos a morir, lo que seguramente pondrá a los representantes de las marcas que apoyan a los profesionales a hacer fuerza para que uno de sus bateadores no conecte cuadrangular por encima de la pared donde se encuentre un aviso de los contrarios, porque, de pronto, algún camarografo se le ocurre seguir la bola y sale en la televisión ese anuncio indeseable .
Entre tanto, los pintores están en la puerta del Once de Noviembre de Cartagena, brocha en mano, para caerle a los avisos existentes sin descanso hasta borrar de las paredes. Mientras que los dueños actuales se inventan una fórmula para que con la oscuridad de la noche aparezcan fotos que hagan relucir de nuevo sus avisos.
Y al día siguiente, aparecerá en los periódicos una nota grande indicando que la gaseosa de la Serie Nacional por fuerza divina se niega a irse del béisbol y que la cerveza de la pelota rentada, con todo el derecho por ser la que pone el dinero, exige su salida del estadio.
Todo lo anterior ocupará el tiempo de los organizadores del evento, como se ocuparon los del torneo aficionado que está acabando, olvidándose de la prensa y del personal idóneo para entregar las informaciones técnicas. Así va el profesionalismo, tanto que todavía aquí no ha llegado una información oficial concreta del espectáculo que se avecina, sino que todo ha llegado de la calle.
Hay tiempo para corregir, ya que esto apenas comienza. Todavía se le puede advertir a los peloteros que actúen en el Once de Noviembre que bateen a terreno corto de los jardines mientras se acaba la Serie Nacional y quitan los avisos de Postobón y colocan los Bavaria para que puedan llevarse la cerca y los narradores pueda gritar a todo pulmón a bola se va, se va, se va y se fue por la cerca del jardín izquierdo, justo por encima del aviso de Cerveza Aguila..Señores: el partido se ha empatado y viva el béisbol colombiano .