Lo primero que Eleu Epe Vivas le dijo a las autoridades cuando lo capturaron por el secuestro masivo de la iglesia La María fue que él también había sido plagiado días antes y lo obligaban a usar uniforme. Luego pidió sentencia anticipada por rebelión. El Tribunal Superior de Cali acaba de confirmarle una sentencia de 50 años de prisión.
La acción atribuida al Eln le dio la vuelta al mundo el 30 de mayo de 1999 cuando un grupo armado irrumpió en la misa matinal del templo localizado en la Avenida Cañasgordas, extremo sur de la capital del Valle. Los asaltantes se identificaron inicialmente como integrantes del Gaula que se proponían desactivar un artefacto explosivo. Entonces procedieron a subir en carros a 285 feligreses y al sacerdote Jorge Humberto Cadavid.
Yaslin Durán Córdoba, un escolta, quiso enfrentar a los guerrilleros y murió baleado. En el trayecto, en medio de la persecución del Ejército y la Policía, fueron liberadas cerca de 200 personas.
En la vía y en un condominio, en la zona rural de Jamundí, las autoridades se enfrentaron con un grupo de guerrilleros, que cubrían la retirada. Murieron dos de los hombres identificados como Gildardo Cardona Barrera y John Jairo Arango, mientras que Eleu Epe Vivas resultó herido y salió con las manos en alto.
Versiones no creíbles.
Según el Ejército, Epe Vivas reconoció que pertenecía al Eln. Durante la indagatoria ante un despacho judicial, dijo que había sido secuestrado el 12 de mayo y obligado a usar uniforme el 30 de ese mes cuando ocurrieron los hechos. Agregó que en el momento de los hechos huía de esa guerrilla.
El 28 de julio de 1999 Epe Vivas se acogió a sentencia anticipada por rebelión. El Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado lo sentenció a 50 años por secuestro extorsivo agravado, terrorismo, homicidio agravado y hurto.
La defensa interpuso recursos ante esa decisión y el Tribunal Superior no acogió esos argumentos pues se comprobó la participación criminal y la división del trabajo para cometer el secuestro masivo. Tampoco le dio credibilidad al procesado cuando asegura que fue obligado a uniformarse, que cuando vio al sacerdote y a varios civiles, pensó que se realizaría una misa en la montaña y que estaba huyendo a la hora de los hechos.
