El diálogo entre el alcalde Sergio Naranjo Pérez y los representantes de los transportadores se encuentra en un punto muerto.
La administración sostiene que la tarifa de integración al Metro debe ser de 160 pesos como lo fijó en el decreto. Entre tanto, los transportadores insisten en no prestar el servicio hasta que el costo del pasaje se establezca en 180 pesos.
Entre tanto, desde las 6 de la tarde del pasado jueves, cuando el presidente Ernesto Samper Pizano lo entregó a la comunidad para que lo disfrutara, hasta ayer, cerca de 300.000 personas habían montado en el Metro.
Mientras que muchos lo hacían por la necesidad de transportarse, la mayoría viajó por diversión.
La verraquera!, mirá cómo se ve La Alpujarra desde aquí , decía un amigo a otro, a la vez que calculaban en sus relojes el tiempo que tardaban en atravesar el Valle de Aburrá, desde la Estación Terminal en Niquía, al norte, hasta El Poblado, al sur.
Largas filas, con unas 400 personas, se vieron en la estación Parque de Berrío, en pleno centro de la ciudad, y en Niquía, para comprar el tiquete y acceder al Metro.
Luego de pasar el torniquete, las gentes llenas de emoción corrían ansiosos hasta la plataforma en espera del tren. Las personas encargadas de las taquillas y de brindar asesoría a los pasajeros, coincidieron en destacar que hasta ahora no se han presentado problemas y dijeron que el comportamiento de las gentes ha sido excelente.
Aunque con la entrada en funcionamiento del Metro, se espera que desaparezcan los típicos personajes de los buses en la ciudad, aquellos que cantan, venden productos, muestran sus últimas operaciones o simplemente piden plata aduciendo que no quieren robar o que están recién salidos de la cárcel, Volquetico y Chuchín se convirtieron en los dos primeros que se atrevieron a pedir cualquier colaboración.
Vestidos de payasos, estos niños de 11 y 14 años improvisaron una serie de chistes de doble sentido que entretuvo por breves momentos a los pasajeros de uno de los vagones del Metro.
Acostumbrados a hacer su trabajo en los buses de la ciudad, piensan que el Metro es otra buena oportunidad para conseguir más clientela. Sin embargo, consideraron que es difícil porque hay mucha vigilancia y la Policía nos baja del Metro, y además las estaciones están muy cerquita .
Se espera que para este fin de semana se multiplique el número de personas con deseos de conocer y montar en el Metro.