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LAVOE, TRES AÑOS DESPUÉS

Héctor Lavoe le enseñó a su gente a beber con Salsa el trago de la melancolía que deja perder a un amor. Cercano al arrabal, Lavoe inventó lo que se llamó el canto de botiquín , que se expendía en cualquier taberna de buena muerte con una radiola de esas que Daniel Santos se había encargado de preñar.

Pero su música no era tan extrema para preocupar al tango, ni tan porfiada para irrespetar al bolero. Lavoe consiguió el término medio de esos géneros con los modernos arreglos de la Salsa que invitaba al despechado a buscar una eventual mujer para consolar la tristeza, como una especie de botiquín de emergencia para curar heridas.
Pero Lavoe no sólo expresaba esa intención, también hacía que su voz chillona pegara un puntillazo en la víctima de amor.
No sé quién eres tú y no interesa/ sólo sé que mi tristeza/ necesita tu calor /
Para Lavoe no era difícil hacer ese tipo de pregones en boleros como Emborráchame de amor. Lo hacía naturalmente porque era lo que acababa de salirle del pecho, o era la tristeza que un mal amigo le había narrado entre copas.
Lavoe se había hecho ahí, en los lugares más naturales del latinoamericano: el burdel o el simple bar; en la calle o en el trabajo sucio, donde había que usar un cuchillo y tener cuidado porque en este barrio muchos guapos han matado .
Vivía en uno de los suburbios de Nueva York en casa de su hermana Priscila, donde tropezó con calles sucias habitadas por marginados de origen latino, que con el tiempo asumió como su gente .
La historia que cantó era similar a la de sus brothers latinoamericanos. Todo lo demás sería también similar... como su agonía y su muerte.
Cuando se dio la noticia de su muerte, un puñado de nostálgicos que confiaban en que volvería a cantar, perdieron la esperanza del día de su suerte ...
... te juro que no puedo fracasar/ estoy cansado de tanto esperar/ y estoy seguro que mi suerte cambiará/ Pero, cuándo será?
Violines y trombones
Además de su estilo e identidad musical, Héctor Lavoe se atrevió a tomar la iniciativa para cambiar la estructura melódica de la Salsa. Al lado de Willie Colón le dio un giro a la sonoridad de su orquesta en el trabajo De ti depende, donde aparece un corte llamado Periódico de ayer.
En ese tema adoptó un formato ya clásico en Cuba, pero novedoso fuera del bloqueo: las cuerdas eran protagonistas. Su función era eminentemente melódica, no rítmica.
Y los metales de la orquesta aumentaron a cuatro: un par de trombones y un par de trompetas.
Con estas novedades, Periódico de ayer marcó la pauta que siguieron docenas de agrupaciones. El tema, compuesto por Catalino Curet Alonso, se convirtió en uno de los hitos de la Salsa.
Todo tiene su final
Lavoe ya había conseguido la fama que buscaba, el resto lo tenía sin cuidado y hacía lo que le daba la gana con su canto, tan relacionado con su vida: Yo seguiré en mi vaivén/ cantando con sabrosura/ hasta que a mí me lleven/ en contra de mi voluntad/ me lleven a mi sepultura...
Si lo citaban a grabar, llegaba aturdido por el ron; si era a ensayar, no llegaba; si era a un concierto, llegaba tarde y con una buena dosis de vicio en la cabeza, así que lo llamaron el Rey de la puntualidad .
El dinero que Lavoe había ganado desapareció en un saco roto de mujeres y rumba.
Cuando había intentado revivir ante su gente como director de su propia orquesta, la droga lo consumió, le causó problemas de asfixia y una prematura obesidad a los 30 años.
Los pocos ahorros los invirtió en una casa en Queens (Nueva York) donde alojó a su mujer y a su hijo. a estabilidad familiar fue truncada por el trágico asesinato de su suegra. Luego, su casa quedó hecha cenizas en un extraño incendio.
Lavoe temía que el día de suerte continuara esquivo, pero insistió en producir su música, en hacer lo que sentía... Pero lo que sentía era la necesidad de buscar un aliciente en el alcohol y la droga cuando la depresión lo atacaba.
Una tarde, uno de sus mejores amigos visitó a su hijo. Jugaron con un revólver hasta que el arma se disparó accidentalmente e hizo impacto en el pelao de 17 años. El joven perdió la vida casi de inmediato.
La desesperación metió a Lavoe en la boca de una botella y en un destino de droga. A ratos la música sonaba para contar la tragedia...
El 25 de junio de 1988, se presentó en el Coliseo Rubén Rodríguez de Puerto Rico en un lúgubre concierto en el que su voz se oía quejumbrosa, como un lamento. A as 2 de la mañana llegó al Hotel Regency, abrió la ventana de la habitación que tenía en el noveno piso y se lanzó al vacío. Una lona en el quinto piso amortiguó su caída.
Durante cinco años Lavoe permaneció casi postrado y sin parar de anunciar su próxima grabación.
Latinoamérica no tuvo mayor información de él hasta que el martes 29 de junio un médico del Hospital St. Clares de Manhattan leyó un comunicado a un relacionista público de una disquera: Héctor Pérez, conocido como Héctor Lavoe, acaba de fallecer víctima de un infarto cardiaco .
Pero la historia aún no termina. Donde suena su música hay alguien que lo reconoce y lo llama El Cantante , el mismo que conquistó a la raza latina, mi gente!
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