Primer toro. De nombre Leñadero, de 490 kilos, negro, para Roberto Domínguez. Fue un toro indeciso, tardo y distraído. A lo único que respondió fue al caballo del picador Juan Luis Rivas. El matador le mantuvo la muleta a la distancia exacta para someterlo poco a poco. Ondeó la capichuela para que el burel comprendiera el engaño y embistiera. Intentó naturales, pero el toro no lo acompañó. No tuvo la fortuna de cuajar una faena. Estocada hasta la empuñadura. El diestro muy voluntarioso. Palmas. Silbatina al toro.
Segundo toro. Con el nombre Noveno, de 504 kilos. Castaño, para el colombiano Jairo Antonio Castro. Varios lances de lucimiento, intenta por verónicas, pero el toro no le responde. Se adorna con varias chicuelinas y culmina con un revolera. Brinda a la afición. Ni el toro ni el torero se pudieron acoplar. Muletazos, derechazos, pero no fueron suficientes como para una buena faena. Después de dos pinchazos, sin pasar, en el tercer intento acierta. Opiniones divididas.
Tercer toro. Designado Montés, de 490 kilos. Corresponde a César Rincón. Seis verónicas y una revolera, para entregárselo al picador. Buenos muletazos, pese a que tuvo que forzar al ejemplar. Lo apuró, un molinete, tres muletazos y pase de pecho. Con las notas del pasodoble Feria de Manizales, insistió en los naturales, varios molinetes y recibió la ovación de los tendidos. Hizo lo posible por someter al toro, un ejemplar que fue difícil. Contó con mala suerte al entrar a matar. Pinchó en el primer intento, y en el segundo colocó la espada desprendida. Oreja. Aplausos al burel.
Cuarto toro. De nombre Regatero, con 486 kilos, para José Miguel Arroyo, Joselito . Lo recibió con un lance. Le da varios capotazos al toro hasta llevarlo al picador, Juan Mari García. El animal, en un comienzo, no quería humillar; atropella y le da un baretazo, sin consecuencias. Regatero fue uno de esos toros peligrosos, muy bien presentado, de cuerpo largo y muy bien armado. El diestro mata pronto. Voluntarioso. Palmas.
Quinto toro. De nombre Felino. Para Fernando Cepeda. Este toro dio la sorpresa de la tarde: difícil con el capote y manso con los caballos, se destapó, sacó casta y nobleza y se mostró con la muleta con bravura y docilidad envidiables. Cepeda estuvo colosal, sin toreo marginal. Ligando naturales y derechazos en redondo maravillosos. Toro y torero estuvieron a la altura. Se entendieron, y Cali vio una de las faenas más brillantes de esta feria. Dos orejas y la locura en los tendidos.
Sexto toro. Llamado Desaprensivo. Para el diestro español Fernando Lozano. El toro, con peligro y fuerza, se resintió en el primer tercio; el torero lo domina y le liga alguna faena. Ovación.