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‘De Colombia depende la salvación de los jaguares’

Cuando era un niño, Alan Rabinovitz tartamudeaba. Un día, su padre lo llevó al Zoológico de Nueva York y quedó atónito con los felinos, al punto de que, como si fueran sus amigos imaginarios, comenzó a hablarles, como ejercicio para eliminar esta limitación.

JAVIER SILVA HERRERA
Poco a poco, visita tras visita y mientras les enviaba mensajes casi cifrados,
su fascinación por los grandes gatos lo ayudó a hablar fluidamente.
Y al mismo tiempo que superó su limitación, se puso como meta trabajar por
ellos, por su supervivencia. Y les cumplió a estos animales, sagrados en la
época prehispánica, pero que hoy muchos consideran, injustamente, una plaga.
Rabinovitz, como director de la fundación Panthera, creó en Belice el primer
santuario de jaguar del mundo. En Taiwán, su trabajo impulsó el área protegida
más grande de ese país. En Tailandia, concibió la primera investigación en
campo sobre los tigres de Indochina, leopardos asiáticos y gatos leopardo. Y
en Birmania (antigua Myanmar), puso la primera piedra del parque nacional
Hukawng, la reserva de tigres más grande del mundo, en límites con India.
Considerado por la revista Time como ‘el Indiana Jones de la vida silvestre’,
Rabinovitz ha venido a Colombia desde hace dos años, para que el Gobierno
consolide en el territorio el Corredor Jaguar, que conectará a México con el
norte de Argentina, a través de un sendero que les permita a los felinos
moverse y reproducirse, sin tener mucho contacto con centros urbanos.
La labor se concentra en encontrar caminos entre bosques en buen estado –
sobrevivientes de la deforestación crónica de América Latina– a través de los
cuales las poblaciones de jaguares de Panamá, por ejemplo, entren en contacto
con los del norte de Colombia y, como una reacción en cadena, transmitan sus
genes.
O, para que suceda lo mismo entre quienes viven en Arauca, con los de la
Amazonia.
“Este será el corredor genético más grande del mundo, que impediría que
familias de felinos vivan en pequeños reductos de selva, transformados en
islas, y deban reproducirse entre ellas (como si un humano estuviera obligado
a tener descendencia con sus hermanos), aislamiento que es otra causa de
extinción y de enfermedades irreparables”, explicó Rabinovitz, recientemente,
en Bogotá.
Estudios indican que no hay subespecies de jaguares, por eso en el continente
todos se parecen genéticamente.
En Colombia, esta organización trabaja con el aval del Ministerio de Medio
Ambiente, Parques Nacionales, y apoyada por otras entidades ambientales, para
documentar la presencia del jaguar y asegurar los corredores en el Darién
chocoano, el Nudo de Paramillo, sur de Bolívar y el nordeste de Antioquia, que
luego se conectarán con Centroamérica, y con los Llanos colombianos, Brasil y
Perú.
¿Será algo así como un gran parque?
No todo será un parque; la red de conservación pasará cerca de terrenos
agrícolas, que el jaguar permeará. Queremos que los gobernantes respeten esa
zona, con decisiones hacia la preservación.
¿Cuál es la situación de los jaguares?
El jaguar es uno de los cuatro felinos del mundo y es el más grande del
hemisferio occidental. Está mejor que otros grandes felinos, como el león o el
tigre, y por eso todavía estamos a tiempo de salvarlo, porque hay poblaciones
de buen tamaño entre México y Argentina. Sin embargo, la especie ha perdido el
60 por ciento de su hábitat ancestral, es asesinada por los ganaderos y
agricultores en su intento por abrir nuevos espacios y se enfrenta a la
presión del crecimiento poblacional.
¿La tala de los bosques es otra amenaza?
Depende. Si es indiscriminada, sí, porque deja sin comida a las presas del
jaguar y, de paso, este pierde su alimentación. Otro perjuicio es la tala que
se produce para hacer carreteras, porque destruye el bosque y permite la
entrada de los cazadores, que buscan matarlo para comercializar su piel. Sé
que para muchos estados esas obras de infraestructura son necesarias, pero es
importante que se establezcan controles para beneficiar los trayectos del
jaguar, que, a pesar de las agresiones que resiste, se adapta bien a las
dificultades.
¿Su supervivencia puede ir de la mano del desarrollo?
Así es. El jaguar puede adaptarse y coexistir con campos petroleros, al lado
de ganaderías grandes, entre proyectos agrícolas, siempre y cuando no se le
persiga.
¿Qué está pesando más sobre su conservación: la destrucción del hábitat o el
cambio climático?
Los fenómenos a largo plazo, como el cambio climático, sí tienen un gran peso.
Por ejemplo: el mamut lanudo se extinguió porque su hábitat se transformó, por
los cambios de temperatura, y sus poblaciones quedaron aisladas. Si el cambio
climático hace que se fragmenten los hábitats, habrá que garantizar la
conectividad de los jaguares del norte con los del sur, darles espacios para
que puedan moverse y sobrevivir.
¿Qué debe hacer Colombia para preservar la especie?
Cosas como poner piedras sobre un río para cruzarlo, Colombia debe crear
nuevas áreas protegidas para que el jaguar que está en el norte pueda ir
conectándose con los del sur y podamos darle forma al Corredor. La clave es la
transformación de la serranía de San Lucas y de los humedales del Lipa, en
Arauca, en zonas de reserva, para que esa conexión que viene dándose desde
Panamá no se interrumpa apenas llegue a Colombia y, desde allí, pueda
continuar hacia Ecuador o Perú. De la iniciativa que pueda tener el gobierno
colombiano para la formación de parques nacionales en esas regiones depende
más de la mitad del futuro del jaguar en el continente.
¿En qué lugar de América está más avanzado el Corredor Jaguar?
El mayor avance está en Costa Rica, porque lo han incluido dentro de su
programa de gobierno. Hay un departamento de corredores. Y si se va a hacer
una represa, una carretera o cualquier otra obra, siempre se superpone el
Corredor Jaguar, para saber qué tanta interferencia puede tener, para corregir
su curso o modificar el trazado del proyecto. La idea es que esto mismo suceda
en Colombia, donde queremos introducir el futuro del jaguar en los ministerios
de Ambiente, de Agricultura, en el Incoder, para que siempre se tenga en
cuenta.
¿Por qué los jaguares deben ser protegidos?
Los grandes felinos son importantes para la salud humana. Ellos mantienen a
raya o controladas las poblaciones de animales que son los portadores de
enfermedades como el ébola o el dengue, que tienen origen animal (zoonosis).
Un ejemplo muy claro es lo que ocurrió en Nueva York con lo lobos, que se
extinguieron. Entonces, ahora proliferan los venados, que son portadores de
unas garrapatas que afectan la salud humana y te dejan en cama durante muchos
días Si hubiera lobos, habría menos venados y menos hombres enfermos.
Pero, usted también tiene una justificación filosófica…
Sí, y es que los humanos necesitamos lo salvaje. Parte de lo que nos hace
humanos es un componente salvaje. No todo puede ser ciudad, cemento o urbano,
nuestro bienestar depende de que los parques y los bosques tengan jaguares.
EDISAR
JAVIER SILVA HERRERA
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