Durante los diez minutos que dura la contienda está prohibido bajar la guardia; los jugadores no sólo tienen que luchar por anotar goles con una pelota que es pequeña y esquiva, también deben moverse con precisión para no perder el equilibrio.
A medida que avanza la noche, las graderías de la cancha ubicada en la Plaza Fundacional de Usaquén, empiezan a llenarse de curiosos por esta nueva disciplina.
Se trata del Bike Polo, una adaptación urbana del polo tradicional, que desde hace dos años se juega en las calles de Francia y Estados Unidos.
En Bogotá ya se practica desde hace un año, gracias a la iniciativa de un grupo de aficionados al ciclismo.
Queríamos usar las bicis para practicar un deporte en equipo y nos enteramos de que en Estados Unidos se estaba imponiendo la práctica del polo en bicicleta, recuerda Santiago Ortiz.
Ante la ausencia de un instructor que los pudiera capacitar en esta disciplina, Ortiz y sus amigos optaron por descargar el manual de Bike Polo que circula en la red.
El instructivo les sirvió como guía para fabricar una versión rudimentaria del mallet (palo) necesario para anotar goles y transformar sus monociclos convencionales, a los que les adaptaron marcos de bicicletas de pista.
Pioneros en Latinoamérica En el portal leagueofbikepolo.com, que registra a los aficionados que se suman a este deporte en el mundo, Bogotá aparece como la primera ciudad de Latinoamérica en practicarlo.
Somos el primer equipo de América Latina, después llegó a Chile, Perú, Ecuador y Argentina, comenta orgulloso Daniel Olarte.
Se reúnen los jueves en la Plaza Fundacional de Usaquén y los sábados en el barrio El Polo, siempre con palos adicionales a la espera de que más gomosos del ciclismo se animen a jugar.
Para Andrés Serna, esta práctica consolida a la bicicleta como una alternativa para socializar y conocer la ciudad.
Adaptamos un deporte muy fino al estilo urbano y lo mejor es que para jugar no necesitamos tener membresía en ningún club, dice mientras se alista para entrar al terreno de juego.
Los jugadores más experimentados no se conforman con tener el control de la pelota; también utilizan sus bicicletas para chocar a sus contrincantes en defensa de un deporte en el que para ellos se vale ser rudo, pero no sucio.
Cuando el reloj marca las 8:40 de la noche, los Talibanes salen victoriosos del terreno de juego. Derrotaron a Te quiero pecas, Que viva y a Los duros, gracias a que, como ellos dicen, jugamos como kamikases.
Adaptamos un deporte muy fino al estilo urbano y para jugar no necesitamos tener membresía en ningún club.
Andrés Serna, Jugador de polo en bicicleta