Así, es tal su importancia, que la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoíca) analizó el hato de 107 fincas de 94 municipios del altiplano cundiboyacense, en las que indagó por la presencia de la plaga y el manejo que se da a los animales infestados.
En estas encontró 744 especímenes de este parásito, es decir, la plaga sí está presente.
Estamos hablando de 30 fincas con animales infestados nacidos allí en estos predios, lo que quiere decir que la plaga ya se aclimató, dijo Jesús Betancourt, investigador de Corpoíca.
Un aspecto novedoso de la investigación es el empleo de herramientas como georreferenciación de las fincas visitadas y el uso de modelos basados en información climática, topográfica y vegetacional para determinar el hábitat adecuado para la garrapata y predecir su presencia en escenarios futuros, dice un informe que publicó Corpoíca.
Cambio climático y cultura Ahora, las razones por las cuales llegó hasta las zonas altas una plaga propia de la tierra caliente pueden resumirse en dos: la falta de cultura en el manejo de los hatos y los efectos nocivos del cambio en la cría de animales domésticos.
En el primer caso, el veterinario Carlos Gutiérrez explicó que la plaga se ha trasladado en los fardos de heno y en los empaques de otros insumos que se transportan de las zonas cálidas a las frías.
Otra práctica nociva para la sanidad animal es traer ganado de las zonas cálidas para aclimatarlo en las tierras frías, dijo Gutiérrez, especializado en genética bovina.
En cuanto al cambio climático, era algo que los expertos esperaban que se presentara con el paso de los años.
Al menos así lo anunció en 2008 la Sociedad para la Conservación de la Naturaleza, entidad que alertó por la llegada de enfermedades a zonas donde hasta ahora no se habían presentado, Estas tendrán un alto impacto en el medio ambiente, la producción agropecuaria y en la salud humana, pues muchas de las anotadas son zoonóticas, es decir, que se transmiten de los animales al hombre, dice el documento que informó acerca de los estudios.
La Sociedad anunció un listado de Las 12 plagas del cambio climático, entre las que se cuentan como propias del sector agrario la influenza aviar, marea roja, fiebre del Valle del Rift, tuberculosis, tuberculosis bovina y la babesiosis.
En Colombia el mal es conocido como ranilla, huequera o ranilla blanca y está presente en todas las regiones del país y afecta al ganado tanto de carne como de leche; en las zonas cálidas su presentación está asociada con problemas de manejo del ganado y de las praderas.
Como solución se planteará la vacunación y poner en marcha planes de buenas prácticas de manejo.
www.wcs.org y www.corpoica.org.co .
La plaga se encontró en 30 animales nacidos en esos predios, es decir, que esta ya se aclimató Jesús Betancourt, investigador de Corpoíca