Mi villano favorito es la mejor película animada que ha llegado a nuestras
pantallas este año. Este logro no tiene mucha gracia si tenemos en cuenta
que sus rivales han sido Shrek para siempre, con su trama enrevesada y sus
personajes deslucidos, y Toy Story 3, que amagó con seguir esos mismos pasos
con su patética decisión de convertir a Buzz Lightyear en un españolete
inspirado en el Gato con Botas.
Por:MAURICIO REINA
07 de agosto 2010 , 12:00 a. m.
Pero el triunfo de Mi villano favorito representa mucho para el mercado del
cine animado, porque permite a los estudios Universal competir con éxito en
este lucrativo nicho que había estado dominado por Pixar y Dreamworks.
La película no es muy novedosa, pero en medio de su convencionalismo está
bastante bien hecha. La historia está bien estructurada y es muy
entretenida. Incluso la consabida secuencia de relleno (ahora todas las
películas animadas tienen una secuencia de relleno para explotar los efectos
del 3D) termina jugando un papel clave en el desarrollo de la trama.
Además, los personajes tienen mucha gracia, sobre todo los estupendos
Minions, que recuerdan a los bancos de peces: cada uno actúa de manera
individual, pero su acción colectiva constituye un personaje en sí mismo. El
delirio de los Minions es una jugosa veta para una franquicia.
El punto más débil de la cinta es la realización. Los diseños y los colores
son sosos (salvo el fastuoso ajuar de la mamá del protagonista) y la banda
sonora es tan simplona que recuerda la de Don Gato: demasiadas cuerdas...
Pero Universal ya tendrá oportunidad de superar esas limitaciones, sobre
todo si sus rivales siguen pensando más en la taquilla que en la calidad