También es muy común: un niño sano presenta entre siete y diez episodios de este mal por año.
Sin embargo, de su cuidado depende, en buena medida, que los niños sufran complicaciones por su causa.
Lo primero que debe hacerse es aprender a identificarla. Los síntoma más frecuentes son fiebre (aunque a veces puede no haberla), dolor de cabeza, estornudos, obstrucción y secreción nasal, lagrimeo, dolor de garganta, dolores musculares y articulares, brotes, decaimiento, pérdida del apetito y, en algunos casos, diarrea y vómito.
A los niños con gripa hay que darles abundante líquido (jugos, caldos, aguadepanela) para mantenerlos hidratados y ayudar a fluidificar las secreciones; seguir alimentándolos con leche materna si es un lactante o con su comida habitual, si es mayor; mantener una temperatura confortable según el clima, sin sobreabrigar, y destapar con suavidad su nariz, aplicando solución salina.
Como es la enfermedad más frecuente en el ser humano, y en especial en los niños, puede presentar ocasionalmente algunas complicaciones.
Entre las más comunes están la deshidratación, la pérdida de peso y las infecciones bacterianas agregadas del tracto respiratorio (sinusitis, otitis, neumonía).
Signos de alarma Cuando la gripa empieza a agravarse en los niños, los síntomas cambian: dejan de comer o de beber, vomitan todo lo que comen, presentan convulsiones o estridor (sonido áspero y ronco de la respiración); respiran muy rápido, con dificultad o en forma ruidosa; se les hunde la piel por debajo de las costillas, están demasiado dormidos o irritables, pueden tener cambios en su estado de conciencia, permanecer con fiebre alta después de 2 o 3 días o presentar decaimiento general. En todos los casos debe consultarse rápidamente al médico.
En muchas ocasiones, y guiados por la mejor intención, los padres tienden a caer en errores que pueden ocasionar complicaciones. Por eso conviene que tengan en cuenta las siguientes recomendaciones (recuadros).
* PROFESORA TITULAR DEAPARTAMENTO DE PEDIATRÍA. UNIVERSIDAD NACIONAL.
- ESTO ES LO QUE DEBE EVITARSE A TODA COSTA Exponer al niño a humos, en especial de cigarrillo, irritantes o contaminación.
La automedicación es peligrosa, pues el uso de fármacos que no están indicados puede causar problemas graves. Por eso para las gripas no deben administrarse antibióticos (no son antivirales y generan aparición de bacterias muy virulentas), antihistamínicos, expectorantes, mucolíticos, antitusígenos, antigripales, sedantes ni descongestionantes; tampoco deben aplicarse medicamentos o introducir algodones o aplicadores en la nariz o los oídos, pues todos los remedios mencionados son contraproducentes en extremo. Estos pueden desencadenar sobreinfecciones, gastritis, vómito, broncoaspiración, traumatismos, toxicidad o taquicardia. En niños con infecciones respiratorias no está indicado bajar la fiebre con aspirina o sus derivados ni con fricciones de alcohol.
APRENDA A PREVENIRLA La mejor forma de prevenir la gripa o atenuar sus efectos en los niños son darles leche materna (bebés) y comida fresca, natural y sana, y aplicarles el esquema de vacunación. El compromiso de padres y cuidadores frente al niño sano o enfermo, y propiciarles un ambiente sano, libre de humo de cigarrillo y otros contaminantes, es vital.
No olvide que no hay bacterias resistentes al lavado de manos y que el cigarrillo es un peligro.
DÍGALE NO A TANTO MITO Procure informarse sobre las enfermedades respiratorias y despójese de mitos que rodean el manejo de los niños con gripa. Estos son los más comunes: Los niños no pueden bañarse cuando tienen gripa.
Deben tomar aceites y grasas minerales, vegetales y animales.
Hay que hacer vaporizaciones.
El médico tiene que formularles reconstituyentes, vitaminas, sueros y vacunas para la gripa (la única útil es la de la influenza para infecciones respiratorias producidas por este virus).
CLAVES PARA AYUDAR A MEJORAR Tomar abundantes líquidos, continuar la alimentación, despejar de secreciones la nariz, reposo si es necesario, abrigar sin exageración según el clima, lavarse las manos con frecuencia y estar atento a la aparición de signos de alarma.
La fiebre molesta para el niño se puede bajar bañándolo con agua tibia, o abanicándolo desnudo durante 5 a 10 minutos