Solo el año pasado la mayoría de cultivadores perdió un millón de pesos por hectárea. Por eso, recorrer los campos en los municipios productores, como Valle de San Juan, Armero, Suárez, Ortega, Espinal, Chaparral y Natagaima, regiones donde se cultivan unas 23.000 hectáreas semestrales de esos productos que tienen miles de usos y que de mil maneras llegan al paladar de los colombianos, es asistir a un panorama desolador, a un escenario de quiebra y de lamentaciones en cada uno de los campesinos.
Estamos trabajando a pérdidas. Desde hace 2 años no tengo ganancias Estoy endeudado hasta la coronilla El gobierno nos tiene abandonados y con precios bajos, dicen los cultivadores.
Joaquín Varón, quien cultiva 100 hectáreas de maíz amarillo en las veredas Cabuyal e Hijos del Valle, en el municipio del Valle de San Juan, vivió en el 2009 uno de los peores años: sembró las 100 hectáreas y obtuvo una pobre producción de 290 toneladas cuando él esperaba al menos 600. Le fue muy mal porque la producción que debía ser de 6 toneladas por hectárea, se redujo solo a 3.
El verano del año pasado me secó la mitad de la cosecha, y, para rematar, no obtuve buen precio pues tuve que venderlo a las trilladoras e industriales a 570 mil tonelada, perdí un millón de pesos por hectárea, afirma el cultivador Joaquín Varón.
Lo que sí le quedó fue una culebra de 90 millones de pesos con el Banco Agrario pues se vio obligado a prestar para sembrar. No sabe de dónde va a sacar plata para pagar las cuotas pero espera reponerse con la cosecha del 2010 que, para rematar, no da esperanzas positivas. La situación no es fácil ya que el maíz importado se consigue en Colombia a 480 mil pesos tonelada, frente a 570 mil del local.
Trabajar con este producto ya no es un atractivo negocio como lo fue en años anteriores, eso lo repiten los cultivadores. Recuerdan que en el pasado la tonelada costaba hasta 800 mil pesos, y el clima era estable. Eran otros tiempos y los insumos también se conseguían a precios bajos.
No hay dividendos Hoy las cosas son a otro precio. La tonelada de maíz, un producto que debido a sus grandes bondades y multitud de usos se ha convertido en el cereal más importante a nivel mundial por el volumen de producción, el número de países que lo cultiva y las cantidades que se comercializan en el mercado, tiene un costo de 570 mil pesos, y eso cuando está caro. Quienes saben del tema, como Hernando Sabogal, director de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce) seccional Tolima, afirma que para que el negocio deje buenos dividendos, una tonelada tendría que venderse en 800 mil pesos ya que los costos de producción por hectárea son de 4 millones de pesos. Y al final de la cosecha, sino hay inconvenientes de clima, lo ideal sería recolectar 6 toneladas por hectárea y venderlo caro. Si se vende a menos de 600 mil, cada cultivador pierde por hectárea hasta un millón de pesos, señala.
Ante tantas dificultades, cada vez que un campesino escarba la tierra y hace su siembra, le pide a Dios 3 cosas: buenos precios, agroquímicos baratos y una producción de 6 toneladas por hectárea.
Yo perdí mucha plata con el maíz porque cada año uno tiene la esperanza de que los precios van a mejorar, pero nada, bajan debido a que el importado lo consiguen las trilladoras más barato, afirma Jorge Lizarazo, un pequeño cultivador de Armero.