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Meluk le cuenta...

GABRIEL MELUK
El Opinómetro revelado ayer por EL TIEMPO tiene un alcance relativo. Es
diferente de los sondeos electorales en furor por una simple razón: la gente
no escoge al técnico de la Selección Nacional.
Sin embargo, tiene un gran significado. Permite que el país, a través de una
amplia y representativa muestra y con un procedimiento científico, se
exprese. El resultado, abrumador a favor de Leonel Álvarez, es un buen
termómetro para que los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol
(los que sí eligen al DT) midan la temperatura de la opinión pública.
Estudios como este tienen el gran valor de quitarle al tema la visión que,
mal que bien, quieren imponer analistas y conductores de opinión deportiva
(me incluyo, por supuesto). La gente habla a través de mediciones como esta.
Lejos de amiguismos o antipatías, el resultado demuestra un sentir
mayoritario. La voz del pueblo –así sea calificada de equivocada o
destemplada por quienes pierden– es la de Dios.
Hace cuatro años, Luis Bedoya, que estrenaba el sillón del presidente de la
Federación, buscó dar un golpe de opinión (vean cómo es de importante el
tema de la opinión) con un extranjero reconocido y falló: no pudo traer ni a
Bielsa ni a Autuori.
Entonces, buscó generar impacto con un tipo de ‘pulso firme’, un
‘pacificador Morillo’ que acabara con las sublevaciones de los futbolistas y
los metiera en cintura, que transmitiera la sensación de seguridad y orden
con sables y botas. Jorge Luis Pinto llegó, los ‘soldados’ se le rebelaron y
el propio Bedoya tuvo que calificarle servicios...
Ahora, cuatro años después, el presidente de la Federación, amparado por su
gestión financiera y administrativa y bajo una lógica tecnócrata
empresarial, habla primero de “definir un proyecto” y luego de escoger al DT
que se ajuste a ese proyecto. Esa historia se ha oído tantas veces...
¿Hay un proyecto distinto a clasificar al Mundial de Brasil-2014? Ahora,
Bedoya quiere demostrarle a la opinión (vean cómo es de importante el tema
de la opinión) que el elegido por él y sus compañeros del Comité Ejecutivo
no será por capricho o gusto personal o amiguismo. Para eso tiene el
‘parapeto demagógico’ de un proyecto (insisto, ¿hay un proyecto distinto de
clasificar al Mundial?) basado en los talleres que hizo con directivos,
entrenadores, jugadores, ex jugadores y periodistas.
Para colmo, hay voces que exigen que el nuevo DT, amparado en ese famoso
‘proyecto-proceso’, sea mantenido en el cargo durante los próximos cuatro
años así pierda y meta la pata hasta las orejas.
Filosóficamente, puede ser correcta la idea de mantener un entrenador a
mediano o largo plazo, pero, ¿acaso no se pensaba igual cuando se nombró a
Pinto, por ejemplo? La posibilidad de corregir no se puede descartar por
deseos bien intencionados sea quien sea el entrenador escogido. Esto es
fútbol y los balances se hacen en la tabla de posiciones no en el
departamento de contabilidad.
El punto, entonces, es tan sencillo como desafiante y, tan viejo y conocido
como el café con leche: escoger un entrenador bueno, con temple, que ponga a
jugar a algo al equipo, que tenga la personalidad de aguantar críticas y
críticos, que no se deje embriagar por los elogios de sus cercanos, que
genere respeto y credibilidad al país futbolero, que conozca el medio y que
tenga vivencias para transmitir. Ese es todo el proyecto.
Y según el Opinómetro, la gente cree que ese DT es Leonel...
“Cuando el juego dejó de ser juego y el fútbol profesional necesitó una
tecnocracia del orden, nació el director técnico”.
Eduardo Galeano, escritor uruguayo en ‘El fútbol a sol y sombra’.
NO
A forzar el nombramiento del DT por esos juegos.
Si es el caso, se puede mandar a un encargado...
SI
A los dos partidos amistosos de la Selección antes del Mundial. Es bueno
jugar y sonar.
EDISAR
GABRIEL MELUK
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