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PAOLO PRAVISANI NO FUE PROCESADO POR HOMICIDIO PESE A PRUEBAS QUE LO INCRIMINAN Italiano acusado de abusar de niños, a punto de quedar libre

JORGE QUINTERO
REDACTOR DE EL TIEMPO
CARTAGENA
En Cartagena, la capital del turismo sexual en Colombia y donde, según la
Fiscalía, hay 800 procesos por delitos sexuales contra niños y sólo se han
fallado 30 (ninguno de ellos contra extranjeros) está a punto de culminar un
proceso histórico.
Se trata del caso de Paolo Pravisani, investigado desde hace un año por
estímulo a la prostitución, pornografía infantil, acto sexual con menor de
14 años y porte de estupefacientes.
En menos de un mes el Juez Sexto Penal del Circuito deberá dictar sentencia
del caso, que se abrió el pasado 23 de febrero de 2009, tras hallar al
italiano en su apartamento, del barrio Crespo, drogado y en pantaloncillos,
muy cerca de su ‘empleado personal’, Yesid Torres Tovar, de 15 años, quién
estaba convulsionando y totalmente desnudo. El muchacho murió el mismo día
en la Clínica Comfamiliar, por una supuesta sobredosis de cocaína.
El italiano, ingeniero aeronáutico y piloto de acrobacias retirado,
misteriosamente, no fue procesado ni investigado por homicidio y nunca se le
imputó ese delito, supuestamente porque Medicina Legal, “no determinó
específicamente la causa de la muerte”.
Además, no ha pasado un solo día en la cárcel desde que inició el proceso
por los otros delitos en su contra porque, según sus abogados y varios
médicos siquiatras y forenses, “está loco”. (Ver ‘Dictámenes
Contradictorios’).
“Nosotros no decimos que él es inocente necesariamente, pero sí que es
inimputable, porque tiene un trastorno mental grave y no estaba en capacidad
de reconocer su falta y la ilicitud de los hechos”, dije Francisco Jiménez,
gerente de Desco, la firma que defiende a Pravisani por 100 millones de
pesos.
Pero la ONG internacional Suiza, Tierra de Hombres, no duda que Pravisani
está y estaba en sus cabales cuando cometió los delitos y además, dicen que
es responsable de la muerte del menor y también de la explotación sexual de
este y otro niño de 13 años. Así como de abusos contra otros niños de
Cartagena.
“Pravisani contrataba a mujeres adultas, les pagaba por hacerle sexo oral y
por penetrar a los niños. Se tomaban fotos en las fiestas, desnudos,
teniendo sexo (la Fiscalía halló fotos de estas escenas)”, agrega Freddy del
Toro, abogado de Tierra de Hombres.
“Yesid tuvo una muerte violenta, tenía heridas de artefactos corto punzantes
en las manos y las piernas (heridas de defensa) y se probó que había
consumido cocaína y que se le había inyectado una sustancia (ketoprofeno)”,
dice Veronique Henry, directora de Tierra de Hombres en Cartagena.
El ketoprofeno, según Henry, que junto a la cocaína es mortal, le habría
sido inyectado al menor. “No sabemos si la intención era causarle la muerte
o si fue accidental. Lo cierto es que si la han sido inyectado”.
Medicina Legal certificó en el Oficio 108 del 10 de febrero del 2010, que
una jeringa con esa sustancia fue hallada en la caja fuerte del italiano,
ese 23 de febrero, día en que murió Yesid.
Según Lourdes Torres, madre de Yesid, “el italiano lo mató por celos”. Ese
argumento se ventiló en las audiencias por un supuesto disgusto de Pravisani
con el niño porque este había entablado una relación sería con una mujer.
“Él ya no quería trabajar más con el italiano porque se había sacado a vivir
a una muchacha, y yo hasta le dije: ‘mijo, cómo va a dejar el trabajo justo
ahora que tiene responsabilidades’”, contó Lourdes.
Ella recuerda que 4 meses antes de su muerte, había llegado hasta su casa,
del barrio Olaya Herrera, estrenando una motocicleta 125 de color azul. “A
mí me decía que el italiano lo quería mucho y por eso le daba regalos”,
contó Lourdes, quién sostiene que el italiano le ofreció dinero para retirar
la demanda.
Paolo está en la habitación 108 de la clínica siquiátrica Cemic, de
Cartagena (paga seis millones mensuales por estar allí) y está bajo los
cuidados de una enfermera que le paga su ex esposa desde Italia.
Ella, de nombre Angie Maldonado, quien es empleada de Pravisani desde hace 6
años, recuerda que pasaban muchas cosas que no le agradaban. “Un viernes
antes de su muerte, unos policías encontraron a Paolo en el Centro en
pantaloncillos, ya no lo conocía bien, ya no era el mismo”, dice tras
recordar que al italiano, días antes de la muerte de Yesid, se le habían
perdido 5 mil dólares que ella sospechaba había robado el joven.
Sandra Simanca, representante de la ONG, CISP, por sus siglas en italiano,
que trabaja contra la explotación sexual de niños en Cartagena, dice que
este es un caso emblemático porque conjuga todos los elementos típicos de
este tipo de abusos y reúne todos los ítems contra los que luchan el
Distrito, la Fiscalía y ONG internacionales como CISP.
Fotos cortesía y autorizadas
icono el tiempo

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