El capitán Humberto Solarte, al mando de la base militar de la estación de Ayacucho, confirmó que cerca del mediodía se sintió la baja de la presión en el bombeo de petróleo por la tubería de 20 pulgadas de diámetro y fue así como se detectó el atentado en la región de El Cajón, kilómetro 455, en jurisdicción del municipio de Guamalito (Norte de Santander).
El oficial explicó que de inmediato se puso en marcha un plan de contingencia por parte de Ecopetrol con respaldo de las Fuerzas Militares, para evitar que el combustible vertido sobre la quebrada Simaña, en el Cesar, llegue al Magdalena.
Sin embargo, y a pesar de haber colocado barreras para controlar el desplazamiento rápido del crudo, hay preocupación porque las fuertes lluvias que están azotando la región pueden acelerar el proceso.
La mancha, hacia las 7:00 de la noche ya había llegado a los puentes sobre la quebrada en la carretera que une a la Costa Atlántica con el interior del país, cerca al municipio de Pelaya (Cesar).
Solarte indicó que no tenían datos sobre la cantidad de petróleo derramado como consecuencia del atentado cometido por el Eln, que opera en límites entre el Cesar y Norte de Santander.
El pasado 23 de enero, la misma organización subversiva voló el oleoducto en esa zona (kilómetro 457) y produjo un derrame de 10.000 barriles de crudo, de los cuales 4.000 alcanzaron a contaminar las aguas del río Magdalena, declarándose así la emergencia entre La Gloria (Cesar) y Barranquilla, para contrarrestar la contaminación de los acueductos de poblaciones ribereñas del Cesar, El Magdalena, Bolívar y Atlántico.
La población más afectada fue La Gloria porque la desembocadura de la quebrada Simaña prácticamente queda en las goteras del casco urbano, y la administración tuvo que suspender el servicio de agua potable durante cinco días.