82. Es verdad que la papa y el arroz no son alimento? La papa y el arroz son fuente importante de hidratos de carbono que, como se sabe, deben constituir la mitad de las calorías que se consumen diariamente y por tanto sí son alimento en el sentido estricto de la palabra. Lo que sucede es que, cuando por motivos económicos o por falta de información sobre lo que debe ser una alimentación bien balanceada, la dieta consta única o casi exclusivamente de hidratos de carbono, el niño se desnutre pues le hacen falta los demás nutrientes, sobre todo las proteínas animales o vegetales, y esto es lo que ha hecho creer a la gente que la papa y el arroz no son alimento .
Tampoco hay que pensar que una dieta óptima puede estar constituida sólo de proteínas. Con atiborrar a los niños de suplementos proteínicos agregados, por ejemplo, a la leche (que ya tiene suficiente proteína), lo único que se consigue es que busquen los hidratos de carbono en dulces y golosinas.
83. Qué obtiene el niño consumiendo papa, yuca, ñame y plátano? Los tubérculos harinosos y el plátano verde, son fuente de hidratos de carbono en forma de almidón. Normalmente se acostumbra introducirlos a los ocho meses, ya sea en puré o incorporados a las sopas, pero bien pueden darse antes a condición de que estén muy bien cocinados.
84. Qué diferencia hay entre el plátano de cocinar y el banano? Ambos son fuente de hidratos de carbono, pero mientras que el plátano de cocinas los contiene en forma de almidón, el banano habano, cuando se consume maduro, lo que proporciona es azúcar. También el de cocinar contiene cierta cantidad de azúcar y de ahí su sabor dulce.
85. Es cierto que las legumbres (leguminosas) pueden reemplazar la carne? La carne es un alimento único que no se reemplaza con nada. Pero lo que sí es cierto es que las leguminosas, tales como el frijol, la lenteja, el haba, el garbanzo, la arveja y la soya, contienen proporciones importantes de proteínas y por lo tanto, pueden reemplazar en la dieta a la proteína animal de las carnes, el huevo y la leche. Los indígenas de América, antes del descubrimiento, disponían de muy pocas proteínas animales y su mayor aporte lo conseguían con algunas leguminosas y semillas como las de quinua.
A los niños se les acostumbra dar leguminosas a partir del séptimo mes, pero no hay inconveniente en hacerlo antes. Lo más fácil es ofrecérselas en forma de crema, por lo menos a los más pequeños.
Los niños mayorcitos y los pequeños estreñidos pero que ya saben pasar semisólidos, pueden consumir leguminosas en puré o de grano entero bien cocinado. También se aprovechan las preparaciones de legumbres para adicionar carnes molidas y deshilachadas, cuando todavía no han aprendido a comerlas en trocitos.