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OVIDIO, OTRA LEYENDA VALLENATA

La leyenda vallenata no es una sola. Son varias. Son una sucesión de historias forjadas por una serie de personajes que año tras año, canción tras canción, vida tras vida, la van moldeando y obviamente, alimentando.

Cada personaje es una historia, o más bien, un pedazo de leyenda. Y uno de los grandes pedazos de toda esta leyenda es el célebre vallenato Ovidio Granados, ...bueno, yo ya soy un vallenato pero realmente nací en Mariangola, el pedazo de pueblo mío que queda cerca de aquí .
Para muchos, y para todos en Valledupar, Ovidio es el primer técnico de acordeones que existe en el mundo. Seguramente no exageran ya que pocos son los que se dedican a esta profesión de afinar pitos y reparar fuelles. La verdad es que, en efecto, Ovidio sí es el más reconocido de toda la región.
A él, en días normales, lejos del Festival, se le acercan a diario cuatro o cinco músicos para que les arregle su acordeón. En estos días de fiestas, Ovidio llega tener casi treinta acordeones en su taller, y a los treinta músicos, encima de sus aparatos.
No joda, si es que aquí vienen de todos lados pa que yo les arregle lo imposible, y lo mejor de todo es que siempre les hago el milagro. Por eso, cuando ellos me dicen, Maestro, que quede bien afinada, a mi gusto , yo les respondo: no se preocupe, eso queda a gusto de los dos .
Por eso su casa es uno de los templos del vallenato de hoy. Allí, en el patio de atrás, donde el viejo tiene su fuelle de prueba, los acordeones abiertos y los pitos regados por el suelo, también hay una típica sala de solar costeña, de esas de amables mecedoras, donde los acordeoneros esperan, mientras dialogan con el viejo.
Entonces la leyenda allí también se va cocinando y pasa a ser cotidiana. Aquí en mi casa los he tenido a todos. No hay Rey que no venga a mi patio a quien yo le consienta su colibrí .
Sin embargo, no solo son los reyes quienes pisan su hogar, son todos aquellos que quieren llegar a serlo, quienes además, de ñapa, se llevan un consejo del viejo. Todos los pelaítos vienen a mi y por ahí les enseño el oficio .
Ese pedazo de acordeón
Ovidio es una noble figura de aproximados sesenta años, cincuenta de ellos dedicados a la tarea musical. Un inmenso viejo de tez mulata y sonrisa lenta quien desde hace 10 años pasa sus días debajo de un palo de mango en mochos y abarcas -como el mismo dice-, arreglando estos aparatos de viento.
Antes, desde sus diez años de edad, había sido parte de la leyenda pero desde arriba de las tarimas. Su abuelo, Juanchito Granados, otra leyenda de Mariangoles, fue quien le enseñó a tocar el acordeón. Más tarde, su tío fue quien le regaló su primer instrumento.
Participó en el primer festival de la Leyenda Vallenata del cual tiene una hermosa anécdota: Yo aun era un desconocido, y por no se qué vainas terminé sampao en la tarima al lado del Luis Enrique el pollo Martínez y Alejo Durán, ya en la selección final. Como estaba cantao, el viejo Alejo nos ganó a los dos. Pero cuando terminó me dijo: No joda, si no te hago el truco de la correa, tu me ganas . Claro, el viejo Alejo, que era el más jodido de todos, se había soltado un poco la correa del acordeón y en un momento determinado dejó caer el instrumento el cual rápidamente sostuvo con la rodilla. Claro, el público entonces deliró y así, con su nota pesarada, me ganó. Lo mejor de todo es que encima me dice: Atrevido, no respetas . Varias veces concursó por el reinado pero cada vez perdía en las finales. Siempre me tocaron los más jodidos. Por eso es que la gente me pide que vuelva, pero ya que, aquí con los acordeones ya tengo el reinado .
Lo de la profesión de técnico lo aprendió junto con Ismael Rudas, José María Martínez, el hermano de el pollo , y más adelante con Colacho Mendoza, otro gran conocedor del oficio.
Su hijo, Eudes Granados, uno de los homenajeados en esta versión del Festival, había seguido el mismo camino de técnico y había logrado ser uno de los más reconocidos del ámbito: sin embargo, el año pasado falleció en el accidente en que murieron también Juancho Rois y Rangel El maño Torres. Eudes era el técnico de acordeones de Diomedes Díaz.
Hugo Carlos, otro de los 10 hijos que tiene Ovidio, aspira en esta ocasión a ser Rey Vallenato profesional ya que fue Rey aficionado e infantil en años anteriores. Es uno de los favoritos.
Ovidio se peina y dice: No joda, voy a salir como si estuviera emparrandao, mejor tomen fotos de las acordeones porque como lo dijo Alejo: Este pedazo de acordeón/ donde tengo el alma mía,/ ahí tengo mi corazón/ y parte de mi alegría , ahí es donde está la vaina .
Una vida al servicio de la leyenda vallenata, primero como músico y ahora como técnico. Su hijo Eudes, quien seguía su camino, murió con Juancho Rois en el famoso accidente de Venezuela. Su otro hijo, Hugo Carlos, compite por el reinado profesional de este año.
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