Las fincas, ubicadas a dos horas de Bogotá, son cinco haciendas que le ofrecen al visitante la tranquilidad y la paz necesarias para pasar un fin de semana diferente.
En estos lugares los huéspedes vivirán de cerca la cotidianidad de la vida campesina, como ordeñar, sembrar, dar de comer a los animales y cocinar los exquisitos platos típicos que permiten los productos de esta zona ganadera.
La hacienda San Nicolás de la Siberia -de arquitectura colonial-, a 8 kilómetros de Ubaté por la vía que conduce a Chiquinquirá, ofrece una suite y cuatro habitaciones dotadas con camas sencillas disponibles para una, dos o tres personas, además de una cabaña donde pueden alojarse tres personas más, para un total de 16 personas.
En el agro-hostal se puede disfrutar al desayuno, almuerzo o cena de una comida eminentemente vegetariana que es servida por los dueños del lugar en el comedor principal o en un kiosko anexo a la casa.
La hacienda San Luis, está situada en el camino al Colegio de las hermanas de Santa María y al frente del monasterio de los padres franciscanos.
Su construcción es de hace 150 años, pero eso no es problema para ofrecer comodidades que van desde escuchar música en un gramófono, leer libros de distintas épocas hasta el juego de billar. La finca tiene tres habitaciones que pueden recibir seis personas.
Los anfitriones aseguran la degustación de muy buena comida típica.
Gualá es otra de las haciendas. Localizada a 4 kilómetros en la vía que va a Cucunubá, posee un conjunto de casas de arquitectura colonial Nuevo México .
Una sola de las casas está destinada para los visitantes, que cuentan con chimenea y cocina bien dotada. Contiguo a esta casa hay una habitación independiente que puede alojar a dos personas más, para un total de seis.
La principal actividad de esta finca es la ganadería por lo cual el turista tiene asegurado un vaso de leche recién ordeñado al desayuno y un exquisito pedazo de queso.
Su cercanía con Cucunubá invita a visitar este municipio, uno de los más hermosos del departamento.
San Bernardino es una casa de campo acondicionada para una familia con niños y se encuentra a 1,8 kilómetros de la vía que va a Cucunubá.
La casa cuenta con una cocina dotada y puede albergar a cuatro personas.
En la hacienda El Cerrojal está enmarca por los pinos y los eucaliptos y está situada a 3,5 kilómetros de Ubaté.
Dentro de su estilo colonial ofrece una cocina estilo americano, así como un hall y una sala con chimenea. Las habitaciones tienen grandes ventanales y en ellas se pueden acomodar cuatro personas.
En cuanto a los atractivos religiosos, Ubaté cuenta con la Basílica menor, que se encuentra en el parque principal.
Su estilo es gótico y fue elevada al grado de Basílica hace tres años, por el Papa Juan Pablo II.
Su categoría se debe a que en la iglesia se realizó un milagro. La historia cuenta que Diego Torices talló un Cristo para devoción de la gente en la capilla, pero los sacerdotes encargados del lugar no lo encontraron muy agraciado así que lo colocaron en lugar secundario.
En la época de la colonia, según la leyenda, se hicieron unas reparaciones y los obreros descubrieron que aquel Cristo comenzó a sudar y a cambiar de forma, hasta el punto de convertirse en una figura perfecta.
Algunos historiadores se atreven a decir que es el Milagroso Santo Cristo de Ubaté es la única figura del mundo que no aparece muerto sino en estado agónico.
En Ubaté también se encuentran la Capilla de Santa Bárbara, el Convento de San Luis que tiene más de 400 años, las lagunas de Fúquene y Cucunubá que están a solo 10 y 5 minutos respectivamente.
Se puede disfrutar además de los tejidos en lana y los quesos, y demás productos lácteos de la zona.
Se puede obtener información adicional en la Corporación de Turismo de Cundinamarca, en el teléfono 284 06 00 de Bogotá.