En buses provenientes de Cali, Bogotá, Tuluá y Pereira, las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y la Organización de Estados Americanos (OEA) movilizaron a las peregrinos para mantener vivo el recuerdo de las personas masacradas y rendir un homenaje especial al sacerdote Tiberio Fernández Mafla, párroco de la localidad, cuyo cuerpo mutilado fue encontrado flotando en las aguas del río Cauca, el 23 de abril de 1990, En el trayecto hacia esta ciudad los peregrinos llevaron semillas de diferentes árboles que fueron esparcidas y sembradas durante el recorrido en señal de respeto a la vida. Así mismo, estas personas participaron de una misa campal que se celebró hacia el medio día en el cementerio central del municipio y que fue oficiada por el actual párroco Fabio Villalobos, Posteriormente se realizaron actividades artísticas y de integración en una tarima montada frente a la iglesia de la localidad. Los actos contaron con la asistencia del alcalde Luis Carlos Granada y líderes cívicos y obreros.
Durante el evento algunas organizaciones de derechos humanos solicitaron un relator de las Naciones Unidas para Colombia, la adopción de medidas inaplazables contra la impunidad como la restricción al fuero militar y la búsqueda de la humanización y negociación del conflicto armado.
Las investigaciones sobre los asesinatos de Trujillo fueron rescatadas a finales de 1994 de los anales y archivos judiciales, en donde reposaban bajo la impunidad. El caso fue revivido debido a que fue puesto en conocimiento de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA. Al tiempo, el Gobierno Nacional creó una comisión similar para evaluar el estado jurídico de esos hechos violentos.
Finalmente, luego de tres meses de análisis e investigación, el 31 de enero de este año el presidente Ernesto Samper aceptó la responsabilidad del Estado en estos hechos violentos en un hechos sin antecedentes en la historia colombiana.
Ante representantes de las más importantes organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, el presidente Samper dijo: Acepto, como Presidente de Colombia, la responsabilidad que corresponde al Estado colombiano por la acción u omisión de servidores públicos en la ocurrencia de los hechos violentos de Trujillo sucedidos entre los años de 1988 y 1990 .
Por este caso fue retirado del Ejército el teniente coronel Alirio Antonio Ureña, quien fue señalado por la Comisión de haber participado en los hechos.