Al tiempo, los deportistas criollos demostraron que se encuentran en un elevado nivel de preparación de cara al Mundial, que se disputará en agosto en Melgar (Colombia).
Colombia había ganado la primera versión del torneo, que se realizó en la Semana Santa de 1993 en Bogotá. Pero luego no pudo sostener la supremacía, aunque siempre estuvo involucrado en los sitiales de honor. Solo que esta vez la preparación encaminada al torneo ecuménico rindió sus frutos y el tricolor nacional volvió a demostrar que, por lo menos a nivel continental, no tiene rivales.
La barrida de los colombianos se concretó tanto en lo colectivo como en lo individual. Por equipos de marca, Manzana Postobón fue el más destacado, mientras a punta de victorias Colombia logró contrarrestar la inferioridad numérica y venció a Bolivia en la contabilidad por países. Colombia acumuló 305 puntos, contra 297 de los locales. La tercera casilla correspondió a Ecuador, con 270 unidades.
En el aspecto individual, Colombia sumó siete triunfos, cuatro subtítulos, seis terceros lugares, un cuarto, un quinto y un séptimo.
Los campeones fueron Juan Pablo Vásquez, en 6 años; José Luis Díaz, en 7; Andrés Felipe Villa, en 9; Andrés Felipe Medina, en 11; Mauricio Cruz, en 12, Jorge Ocampo, en 17, y José A. Díaz, en cruceros 40-44 años, todos pertenecientes a la nómina del equipo Manzana Postobón.
Desde hace un año, cuando se encomendó a Colombia la organización del torneo ecuménico en 1995, la dirigencia nacional, a cargo de Ricardo Cruz, implementó un programa para garantizar que se desempeñe con lujo de detalle el papel de país anfitrión.
Entonces, el Torneo de Oro-Pony Malta, a nivel nacional, y la Copa Capill France, en Bogotá, sirvieron para poner a punto a los corredores nacionales, que de nuevo dejaron muy en alto el tricolor nacional.
Ahora, se espera continuar con el mismo proceso para llegar al Mundial a defender el prestigio del bicicross criollo.
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