Hoy quisiera abrazar a una anciana a la que le tuve consideración el día que la televisión mostró preso a su hijo médico, el bogotanísimo Justiniano Torres. Lo detuvieron en Munich como traficante de plutonio para bombas atómicas entre Rusia y Alemania. Ese día la ancianita no sabía qué decir a los noticieros cuando le preguntaban por el hijo y el plutonio. Atérrense!: la revista Der Spiegel, muy influyente en Europa, denunció el sábado que todo fue un montaje de los servicios secretos alemanes para posar de muy eficientes. Y será que regresa el Justiniano? Que llegue pronto y lo pido para entrevista en televisión. Quince años en Moscú, médico eminente, bogotano del barrio Las Cruces, inteligencia veloz y acusado de espía atómico, es todo un banquete para preguntarle cosas.
Quiénes rezan en estos días? Los ricos muy poco porque se van para Cartagena, las islas, el Rodadero, las fincas, o a Miami a comprar en rebajas lo que se quedó del invierno gringo. En cambio los pobres, los que no van al sky ni a la playa, sí visitan las iglesias y conjugan el verbo rezar. Rezan porque tienen fe y porque ir a la iglesia es baratísimo como programa. Otro motivo tienen: como la pobreza les pega duro y no tienen esperanza de una lotería o de un peculado, buscan el milagro, y los milagros sólo los hace Dios... o de pronto Rodrigo Marín, quien, según Misael Pastrana los hace como obispo evangélico.
En mi colegio de los Padres Salesianos me enseñaron que la Semana Santa es para arrepentirse. Se arrepentirán los tres mil señores divorciados que dejaron a sus ex esposas encartadas en estos días con los hijos? Dudo que lo hagan, pero gran problema armaron al no hacerse cargo de los hijos. Fueron cinco los casos de amigas mías, todas muy divorciadas, que alistaban paseo a la playa con el novio. Las dejaron clavadas: tocó cancelar el viaje porque los papás de los hijos, los queridos ex esposos, dijeron con voz de Pavarotti: Las buenas madres se quedan con los hijos . Punto.
Mañana es Jueves Santo y a las tres de la tarde muere el Señor. Me contaron que Jesús agonizando dijo: Perdónalos, porque no saben lo que hacen... Dimas, el buen ladrón, escuchándolo, muy crucificado, comentó: Ellos sí saben lo que hacen... es que se hacen los pendejos .