Y eso hizo pensar a algunas personas que la suspensión del servicio se iba a prolongar.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) desmintió dichas versiones y explicó que lo que ocurrió ayer son los efectos del racionamiento.
La entidad dijo que el agua comenzó a suministrarse, pero como la ciudad se encontraba sedienta , en algunas zonas el servicio tardó en normalizarse.
Esa demanda de agua ocasionó que Chingaza en vez de producir 18 metros cúbicos por segundo (que es lo habitual) ayer pasara a 23 metros cúbicos por segundo.
Para entenderlo hay que imaginar que cuando se abrieron las compuertas de Chingaza, ubicada en La Calera, el agua comenzó a correr desde el norte de la ciudad hacia el sur.
A medida que se extiende a los tanques de almacenamiento, éstos, que se encontraban prácticamente desocupados, comienzan a llenarse.
Eso significa que el agua que corre normalmente debe tardarse unos minutos más llenando hasta el tope esos tanques.
Y mientras eso ocurre, quienes están ubicados más hacia el sur de la ciudad, deben esperar que el líquido haga ese recorrido para que aumente la presión Eso fue lo que ocurrió ayer en la ciudad.
Por esa razón, el área abastecida por Casablanca (Ciudad Bolívar, San Cristóbal y parte del centro de la ciudad) se encontraba con baja presión.
La Empresa, para evitar que se presentaran inconvenientes mayores, destinó a esas zonas carrotanques con el fin de que la gente no se quedara sin servicio.
La emergencia pasará cuando Bogotá cierre la llave dijo un funcionario de la entidad.