El presidente Evo Morales y los prefectos (gobernadores) Rubén Costas (Santa Cruz), Mario Cossío (Tarija), Savina Cuéllar (Chuquisaca) y Ernesto Suárez (Beni) no lograron un acuerdo sobre los distintos temas que han motivado una confrontación política que en las últimas semanas ocasionó 19 muertos y protestas contra el mandatario en cinco de las nueve regiones del país.
No vamos a dejar el diálogo, no vamos a romper el diálogo, creemos que hemos hecho importantes avances, afirmó el prefecto Cossío al cerrar esta fase de conversaciones que según dijo volverán a abrirse el jueves.
El optimismo de los dirigentes opositores contrastaba con la desazón oficialista que esperaba firmar un entendimiento ante veedores internacionales de la ONU, la OEA, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Unión Europea antes del viaje de Morales a la ONU, ayer.
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, dijo que el Gobierno sospecha que la oposición no tiene voluntad de firmar un documento de gran acuerdo nacional.
García advirtió que el diálogo, iniciado el jueves pasado, no puede ser indefinido.
La preocupación por la situación en Bolivia llevó a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a convocar para mañana en Nueva York una nueva reunión de la Unasur, aprovechando que los mandatarios participan de la Asamblea de la ONU.
Los principales temas de confrontación son las autonomías que reclaman los opositores y la Constitución que el Gobierno quiere aprobar.
Sobre el otro tema de conflicto, que tiene que ver con la distribución de las rentas petroleras, sí se han producido avances técnicos en el diálogo.
Mientras el diálogo se empantana, sindicatos campesinos progubernamentales anunciaron, como rechazo a la actitud intransigente de los prefectos oligarcas, comenzar una marcha hacia la ciudad de Santa Cruz, feudo de la oposición, según dijo el dirigente campesino Fidel Surco.
ÁNDRUI