El hecho no sería de mucha significación, toda vez que los tenistas del Valle nos tienen acostumbrados a ganar en todos los torneos, si no fuera porque con ese triunfo la familia Hadad completa una cadena victoriosa que involucra a todos los miembros del clan.
Los padres, Teófilo, un médico pediatra y su esposa Amparo han ganado varios torneos de matrimonios.
Mauricio, el hijo mayor, cualquier persona en Colombia lo sabe, es el número uno del país, el número uno de Copa Davis que se midió a su similar de Canadá y ocupa en estos momentos el puesto número 120 del escalafón mundial de tenistas profesionales A.T.P.
Carolina, la única hermana, fue varias veces campeona nacional juvenil, Andrés, el pintoso de la familia, se destacó como juvenil y ganó varios títulos en su categoría. Tanto Carolina como Andrés están estudiando becados en universidades de Estados Unidos, gracias a sus aptitudes tenísticas. Ambos pertenecieron a la Escuela de Alta Competencia del Club Deportivo Cañasgordas.
Claro que no es de extrañar que los Hadad tengan en casa, su propia galería de campeones. El deporte ha sido siempre el común denominador en la familia: William, el tío fue excelente basquetbolista y Alberto, el primo, fue integrante de la selección de basquétbol durante más de 15 años, además es buen tenista, dirigente y patrocinador del tenis.
Será que la fiebre del deporte se transmite por la vía genética?