Luego de la salida del técnico Jorge Luis Bernal, el equipo de Ibagué, bajo el mando de Hernán Torres, encontró el equilibrio perfecto a la hora de salir a ganar partidos. Los vinotinto tienen una columna vertebral definida.
En el arco, Bréiner Castillo se consolida como un arquero que, a pesar de su juventud, le aporta mucha experiencia al equipo.
En la defensa, Gerardo Vallejo es uno de los bastiones de la zaga. La banda derecha es de su propiedad y, además de ser el capitán del equipo, es el hombre que más le aporta en salida.
Por la banda izquierda, la llegada de un jugador de recorrido y mucha técnica como Kilian Virviescas, de amplio recorrido en el fútbol argentino, se encargó de darle solidez y mucho despliegue físico al equipo pijao.
Ahora bien, aunque en la parte posterior Tolima es fuerte y no brinda mayores espacios a sus rivales (sólo tiene nueve goles en contra en igual número de partidos en este semestre), el mediocampo es su verdadero motor.
En la primera línea de volantes cuenta con la presencia del hombre con más experiencia en el equipo como lo es Juan Carlos Ramírez, quien les brinda mucho manejo de balón y orden táctico.
Junto a Ramírez, Darío Bustos hace las veces de acompañante desligándose de su posición original de lateral.
Una línea más adelante, en donde se generan las ideas, Cristian Marrugo pasa a convertirse en el socio ideal del argentino Rodrigo Marangoni, quien llegó proveniente del Atlético Huila y, de inmediato, pasó a ser el encargado de conducir el ataque del equipo al punto de ser el goleador con cinco tantos.
Por último, en el ataque tienen una de sus mayores virtudes. Los delanteros Franco Arizala y Jorge Perlaza, con cuatro goles, son considerados por muchas defensas como los más veloces del torneo.
Y es precisamente por este equilibrio y solidez que Deportes Tolima, con una nómina discreta, es el líder del torneo.
HELGON