Colombia se ha convertido incuestionablemente en una narcodemocracia, un país con una fachada democrática que está controlada efectivamente por los cabecillas del tráfico de drogas que mueven los hilos de la clase política con el dinero de la cocaína , dijo el artículo.
La opinión del influyente legislador conservador estuvo contenida en el artículo de opinión escrito con William Bennett, ex secretario de Educación y jefe de la lucha antidrogas bajo el gobierno del presidente George Bush.
Estados Unidos fustigó a Bogotá en marzo por su supuesto deslucido desempeño contra el narcotráfico. Sin embargo, el presidente Bill Clinton eximió al país sudamericano de sanciones económicas aduciendo intereses nacionales .
Colombia es la base de operaciones del Cartel de Cali, un poderoso conglomerado de bandas de narcotraficantes que domina el comercio mundial de la cocaína.
La propia Oficina de Lucha contra las Drogas de Estados Unidos (DEA) calcula que ese cartel ganó unos 7.000 millones de dólares solamente en este país el año pasado.
Según Helms y Bennett, Clinton se equivocó al otorgarle una dispensa a Colombia, como lo hizo con los principales productores de hoja de coca, Perú y Bolivia.
Esto es un error moral y geopolítico grave. Toda la evidencia a nuestra disposición indica claramente que Colombia ha capitulado totalmente a los caciques de la cocaína , afirmaron.
Su argumento en favor de medidas más severas se completó así: Al otorgarle la certificación a Colombia a pesar de las pruebas de que su gobierno está pletórico de narco-corrupción, el gobierno de Clinton ha emitido una señal alarmante a todos los países productores de drogas: Estados Unidos no impondrá sanciones por aliarse con los capos de los carteles .
Helms iba a presidir esta tarde una audiencia sobre la lucha contra las drogas en el continente americano en la comisión de Asuntos Exteriores del Senado.
Colombia rechazó muchas de las críticas estadounidenses pero también ha manifestado su intención de imponer penas más severas a los narcotraficantes.