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DELIMITAN PARQUE NACIONAL DE SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIA

Dado el avanzado grado de deterioro de Providencia y en cumplimiento de lo ordenado recientemente por el Ministerio del Medio Ambiente a través de una resolución, la Unidad Administrativa de Parques Nacionales decidió acelerar en ese archipiélago la delimitación de un nuevo parque nacional.

Una comisión de este organismo que viajó la semana pasada a esta reserva natural determinó que si bien el manglar está en un nivel aceptable de conservación, no ocurre lo mismo con la franja de arrecife de coral. Los expertos calculan que más del 70 por ciento de este ecosistema estratégico ya está destruido.
Entre las causas de semejante pérdida se encuentra una racha de mortalidad provocada por un virus que ataca los corales del Caribe desde hace más de cinco años, la pesca con dinamita, y el tránsito sin control de embarcaciones por encima del arrecife.
Se encontró, además, que una gran parte del coral está invadido por un tipo de alga que lo mata. Su proliferación se debe a la desaparición de uno de sus principales depredadores, el erizo negro, acabado por la pesca indiscriminada.
El nuevo Parque
El nuevo Parque Nacional de San Andrés y Providencia incluiría, aparte del manglar Mc. Bean, el más importante de esa parte del Caribe, ecosistemas claves como la pradera submarina y todo el arrecife que está enclavado en la zona circunvecina a Mc. Bean, entre Cayo Cangrejo y Cayo Tres Hermanos, incluida la barrera arrecifal donde empieza la fosa oceánica (ver mapa).
Una pradera submarina es un recurso de tal importancia para la zona costera tropical que la Organización de las Naciones Unidas le calculó un valor superior a los 200.000 dólares por hectárea debido a su alta productividad y a su generación de oxígeno. Estas características permiten que la materia orgánica, al ser descompuesta por la acción de las bacterias, origine una compleja red alimenticia. Allí, muchos organismos depositan sus huevos que se transforman en larvas y pasan las primeras etapas de su vida entre los pastos.
Las praderas cumplen también con la función de disminuir la energía del oleaje que llega a las islas, evitando la erosión. Además, posibilitan la estabilización de las playas vecinas por medio del sedimento que capturan entre sus raíces. Igualmente, reducen los cambios de temperatura, luminosidad y salinidad de las aguas y favorecen así la vida marina.
En cuanto a la parte del Parque que ocupará tierra firme, la Unidad estudia la incorporación de otros ecosistemas como bosques secos, supersecos y de transición de seco a húmedo que se encuentran en algunos parches de la isla y que si bien no están en inmejorables condiciones, con programas de conservación podrán recuperarse.
En total, de acuerdo con las primeras apreciaciones de la Unidad, el nuevo Parque Natural no alcanzaría a ocupar el cinco por ciento de la isla, contando incluso el área de plataforma marina. Providencia tiene una longitud de 17 kilómetros cuadrados.
Una de las preocupaciones que se tenía respecto al deterioro de la zona de la isla que ahora se quiere preservar como Parque Nacional era la de la ubicación del aeropuerto muy cerca al manglar Mc. Bean. Curiosamente, la comisión encontró que la pista, que pasará a ser parte del área de amortiguación del Parque, no produjo ningún efecto negativo sino que, por el contrario, sirvió y servirá como una barrera que frena el acceso directo al manglar. Eso, y la reducida profundidad de las aguas navegables frente al manglar, fueron los dos grandes salvadores de este ecosistema.
Carlos Castaño, director de la Unidad, dijo que el proyecto de delimitación, que estará listo en menos de 15 días, se presentará a las autoridades locales y a la comunidad con la idea de que sean ellos mismos los que se comprometan con su conservación y asuman las responsabilidades respectivas para su cuidado. Para ello, se diseñaron algunos talleres que se le dictarán a la comunidad, en los que se explicará lo que significa ser un parque nacional y cuáles son sus beneficios.
Castaño dijo que una vez finalice esta fase, un equipo de análisis de la Unidad se quedará en San Andrés y en Providencia haciendo el levantamiento de los demás manglares con la idea de formularles sus respectivos planes de manejo ya que estarían dentro del renglón de Ecosistemas Estratégicos.
Estos manglares no serán Parque Nacional sino parques regionales cuyo cuidado y manejo se entregará a la Corporación Autónoma del Archipiélago de San Andrés y Providencia (Coralina), a las autoridades locales y a las organizaciones no gubernamentales del área.
De acuerdo con Castaño, toda esta estrategia de manejo sostenible en Providencia hace parte de un proyecto piloto que contará con la financiación del Ministerio del Medio Ambiente y la Organización Internacional de Maderas Tropicales (OIMT).
Por qué duele tanto la destrucción de un arrecife
Un arrecife es el equivalente marino del bosque húmedo tropical, por la diversidad de especies que alberga y por su fragilidad.
Esas formaciones pétreas, ramificadas o redondeadas, que se conocen como corales, son el esqueleto de millares de animales diminutos llamados pólipos. Ellos ocupan unos cuantos milímetros superficiales, con tejido transparente o ligeramente coloreado, según la especie.
Cada pólipo es como un pequeñísimo tubo carnoso con un extremo rodeado de tentáculos donde está la boca, y otro extremo con una especie de ventosa que usa para adherirse al esqueleto calcáreo que él mismo segrega y que se une a los otros individuos de la colonia por la base.
Las colonias crecen unos cuantos milímetros cada año, en forma lineal, laminar o esférica. Conforman un paisaje submarino similar a las formaciones montañosas continentales, pero en miniatura.
Los corales son moldeados por las esponjas y otros organismos. Ellos actúan sobre sus esqueletos y generan la base del arrecife sobre el cual crecen colonias sucesoras. Su estructura ofrece refugio a plantas y animales que se convierten en zonas de alimentación y reproducción de muchas especies.
Providencia es muy importante en este sentido porque, por ejemplo, posee el arrecife de barrera más extenso de Colombia.
Fuente: Libro Colombia, Parques Nacionales
El por qué de la delimitación
Por ley (la 136 de 1994) los manglares de San Andrés y Providencia fueron declarados Parque Nacional. Los de Providencia despertaron el interés de muchos sectores luego de que se conociera que un proyecto turístico, Caribbean Village Mount Sinai , estuviera a punto de desarrollarse en una zona que colinda con el manglar Mc. Bean. A Mount Sinai se le otorgó licencia de construcción y licencia de viabilidad ambiental en 1992, antes de que existiera el Ministerio del Medio Ambiente y antes de que fueran declarados los manglares como Parque Nacional.
La Alcaldía de Providencia declaró la caducidad de la licencia de construcción y, luego del respectivo recurso de reposición, la volvió a otorgar. Por su parte, el Ministerio del Medio Ambiente suspendió preventivamente el proyecto, ordenó revisar la licencia de viabilidad ambiental y solicitó a la Unidad de Parques la delimitación del Parque Natural También ordenó la realización de una audiencia pública.
La suspensión de las obras sigue hasta tanto no se expida el acto administrativo por medio del cual se delimita el Parque, se haya realizado la audiencia y se termine de revisar la licencia de viabilidad que se encuentra ahora en manos de la Oficina Jurídica del Minambiente.
Castaño dijo que existen en Providencia por lo menos veinte solicitudes de proyectos turísticos que fueron aprobadas por la pasada administración local y que iniciaron su proceso luego de la creación de la Ley 99 o Ley de Medio Ambiente que exige para su desarrollo la solicitud de una Licencia Ambiental otorgada por el ministerio del ramo.
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