El convenio está dirigido a identificar, diseñar y poner en marcha varios proyectos de generación de empleo e ingresos en las zonas de frontera.
El objetivo busca a corto plazo mejorar la situación del deportado y a largo plazo desmotivar la migración ilegal de colombianos hacia Venezuela.
Para lograrlo, se desplazó a la zona limítrofe con el vecino país el jefe de la División de Migraciones del Ministerio, Santiago Ríos.
El funcionario se encuentra revisando la encuesta laboral que se realiza en el centro de atención de Maicao para tener un diagnóstico preciso de la situación laboral y la posibilidad de trabajo que podrían tener los centenares de repatriados.
El trabajo que realiza el Ministerio está dirigido a la formulación de políticas de ayuda inmediata para la población afectada y la revisión del convenio suscrito entre esa cartera y la Diócesis de Riohacha en 1989.
Con base en la evaluación de Santiago Ríos, a comienzos de la próxima semana se desplazará hacia La Guajira una comisión del Ministerio integrada por el viceministro Jorge Eliseo Cabrera, el director de Empleo, Juan Carlos Guataquí y la directora de Seguridad Social, Elsa Marcela Hernández.
Ellos deberán firmar el nuevo convenio y definirán las acciones más urgentes y complementarias que se deben adelantar en favor de los deportados.
Posteriormente, se busca una reunión directa entre la ministra de Trabajo, María Sol Navia Velasco y el ministro de la cartera laboral del vecino país, Juan Nepomuceno Garrido para concertar planes conjuntos de desarrollo y cooperación a nivel fronterizo en materia socio-laboral.
Quiénes son? De acuerdo con los primeros análisis del Gobierno colombiano, los deportados son en su mayoría población campesina, generalmente indocumentada e ilegal, dedicada a los trabajos del agro, el servicio doméstico y el sector de la construcción.
Según un estudio de la Dirección de Empleo del Ministerio de Trabajo, estos colombianos se encuentran desprotegidos en términos socio-laborales lo cual genera un deterioro severo y progresivo del mercado laboral, representado en el volumen, condiciones y continuas deportaciones de trabajadores desde Venezuela.
Según el estudio, estas deportaciones se presentan especialmente en los periodos de conflicto geopolítico entre los dos países.
Se calcula que desde 1968 hasta el año pasado fueron deportados desde Venezuela unos 126.407 colombianos, El año pasado vivieron esa situación 1780 nacionales que fueron devueltos a Colombia por las ciudades de Maicao, Arauca y Cúcuta.
Maicao fue la ciudad que recibió más deportados, el 39,72 por ciento, seguida de Arauca y Cúcuta.
Sin embargo, durante 27 años de migraciones constantes hacia Venezuela, Cúcuta fue la ciudad que más recibió nacionales: 90.837.