No quisiera pensar que hubo alguna intencionalidad, pero eso se hace más que evidente, denunció Tapias.
Indicios apuntan a que fue algo premeditado con el fin de demostrar control sobre algunos sectores del estadio. Ellos (Comandos Azules y Blue Rain) no quieren tener sillas allí y por eso hacen toda clase de actos vandálicos, agregó.
De inmediato, uno de los integrantes de la barra Blue Rain le salió al paso a las declaraciones de Tapias y dijo que las 15 sillas de sur no se dañaron, sino que se quitaron porque estaban mal atornilladas y representaban peligro.
Por su parte, al ser consultado sobre el pago de los daños que ascienden a cerca de 40 millones de pesos, Juan Carlos López, presidente de Millonarios, anunció que el dinero saldrá de un incremento del 30 por ciento en el costo de la boletería de norte y sur.
Sin embargo, el padre Alirio López, director de Goles en paz campaña promotora del buen comportamiento en los estadios, manifestó que faltó una inducción pedagógica para los hinchas con el fin de prepararlos para la apropiación y pertenencia de esta clase de elementos dispuestos para escenarios públicos.
VECINOS RADICARON DERECHO DE PETICIÓN No contentos con los destrozos ocasionados en las tribunas norte y sur, algunos hinchas desadaptados emprendieron una batalla campal en las calles aledañas al estadio. Debido a los múltiples daños (vidrios rotos, entre otros), los vecinos del barrio El Campín decidieron enviarle un derecho de petición al Alcalde Mayor de Bogotá en el que le exigen tomar cartas en el asunto y acabar de una vez por todas con este problema que se presenta con las barras bravas de Millonarios y Santa Fe cuando se juegan partidos de alto riesgo