Será un cuento de hadas dirigido por Germán Porras. En él, Díaz le dará vida a Óscar, un taxista millonario, rumbero, melómano y enamoradizo.
¿Era hora de ser el príncipe? Necesitaba variar. Hacer otra clase de personaje, con valores más positivos.
¿Se cansó de los rudos? No. Es más, está prevista la segunda temporada de Los sapos.
¿Entre el cabo y el taxista, con cuál se siente mejor? Me agradan los personajes que tengan historia, convincentes, que tengan contacto con el ciudadano de a pie.
¿Qué tiene Ó scar para enganchar al público? Mucho. Es un personaje común y corriente, generoso. Con deseos enormes de vivir y gozar la vida. Le dicen Óscar Pachanga.
¿Qué aprendió de los taxistas? Que no hay que echar chuzo, que hay que ser honrado, honesto, que hay que servir, porque esto es una cadena de servicios y de relevos.
¿Qué haría se si ganara la lotería como Oscar? Creo que me compraría un teatro, financiaría todas las películas que quiere hacer mi mujer, le compraría un balón nuevo de fútbol a mi hijo, le regalaría una casa a mi mamá, una finca a mi hermano... A todos les regalaría casa.
¿Es buen vecino o también lo quieren sacar de su barrio? ¿Sabe qué me dijo un vecino? Lo que me choca de sus malditas fiestas es que no me invite. Sn buenas. hay mucha salsa. Qué pena con mis vecinos: prometo invitarlos.
¿Le gustó la princesa? Sí, es una excelente actriz.
¿Se convirtió en sinónimo de audiencia en Caracol? No soy el más indicado para decirlo, pero si me ponen a hacer las cosas es porque soy rendidor. Creo que es el resultado de entregarme con alma, vida y sombrero al trabajo.
Después de El cartel, ¿cree que esta historia tan relajada logre posicionarse? A eso aspiramos. Es un producto que pusieron sobre mis hombros y soy un buen guerrero y lucho por que mis cosas sean excelentes. Falta que salga mi película Te amo Ana Elisa, en la que hago de esquizofrénico. ¿Ya arreglaron los créditos con Antonio Dorado? En eso estamos. Hice el 25 por ciento de esa película y, además, dirigí a todos los actores y estuve en todo el detrás de cámaras. Fui el gran vigilante y tutor de la cinta. La discusión moral que hay me parece injusta