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ESPAÑA Y LA RECONQUISTA EMPRESARIAL DE AMÉRICA LATINA

Remon está a cargo de la expansión internacional de Repsol SA., la gran petrolera española. Tras adquirir hace poco una cadena de gasolineras en Perú y Ecuador, así como dos distribuidoras de gas natural en México, Repsol se prepara para un plan de compras en América Latina por valor de US$600 millones. Presentó una oferta por una refinería en Perú, piensa adquirir una participación mayoritaria en Astra SA., petrolera argentina y estudia comprar otras distribuidoras mexicanas de gas.

Vamos a toda máquina , dice Remon. Queremos convertirnos en una empresa importante en la región .
Otras compañías españolas también intentan hacer lo mismo. Cinco siglos después que los conquistadores españoles pusieran pie en América Latina por primera vez, una nueva armada española desembarca en el Nuevo Mundo. Esta vez son los hombres de negocios y no los soldados los que lideran la reconquista, pero ellos también ven a América Latina como El Dorado.
No se trata de una nueva frontera para la empresas españolas porque nosotros descubrimos América en 1492 , se burla Angel Corcóstegui, presidente ejecutivo de Banco Central Hispano, un enorme banco español que se ha expandido en América Latina. Pero es una frontera de crecimiento. Es el redescubrimiento financiero de América Latina .
Al participar en la primera ola de privatizaciones y apostar a industrias promisorias en un momento en que América Latina todavía estaba sumida en la crisis de deuda, las firmas españolas se han asegurado un sitio seguro en una de las regiones de mayor crecimiento del mundo. Entre 1990 y 1994, España fue el segundo mayor inversionista en América Latina, después de Estados Unidos, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo.
Y en ese proceso, compañías que eran prácticamente desconocidas fuera de España, como la empresa de telecomunicaciones Telefónica de España SA, la aseguradora Corporación Mapfre y el grupo bancario Santander, han surgido en calidad de fuertes competidores para las empresas estadounidenses y europeas deseosas de sacar partido a las riquezas de la región.
Paradójicamente, las empresas españolas llegaron temprano a América Latina porque España llegó tarde a Europa. No fue hasta 1986, una década después de la muerte del caudillo Francisco Franco, que España ingresó en la Comunidad Europea. Esto obligó a las empresas españolas a enfrentarse a una nueva ola de competencia. Pero descubrieron muy rápido que tenían poco que ofrecer a los países europeos en materia de administración o tecnología, y el capital que tenían no alcanzaba para comprar empresas grandes en mercados maduros. Así que dirigieron su atención a América Latina, su otro mercado natural, que pasaba por la llamada década perdida : un caos de hiperinflación, deuda y estancamiento. Donde la mayoría de las otras empresas internacionales veían un riesgo, las empresas españolas veían una oportunidad.
Todo lo que representaba una desventaja para nosotros en Europa significaba una ventaja en América Latina , indica Javier Palacios, director ejecutivo del brazo internacional de la aseguradora Mapfre. Nuestra tecnología no era anticuada, hablábamos el mismo idioma y podíamos comprar participaciones mayoritarias en sus compañías .
El mayor inversionista
Y eso fue exactamente lo que hicieron las empresas españolas. En 1994, un 44,5% de la inversión internacional española se realizó en América Latina. Esa cifra bajó a un 20,8% en 1995, pero en algunos mercados como Perú, España fue ese año el mayor inversionista internacional.
Pero el camino no siempre ha estado libre de obstáculos. Las empresas españolas fueron acusadas en algunos casos de saquear de nuevo el continente. La palabra España para mí evoca colonialismo e injusticia social , expresó el mes pasado el presidente peruano Alberto Fujimori al periódico español El País. Sin embargo, agregó: También se trata de una potencia con la que tenemos que cooperar . Algunas inversiones españolas, como los intentos de la aerolínea Iberia para crear una red panamericana de aerolíneas, han sido grandes fracasos. Otros sostienen que las empresas españolas no participan en sectores de crecimiento como el comercio minorista y la manufactura, y que en su lugar han establecido fuertes posiciones en los sectores de servicios públicos y banca.
Similitudes culturales
Sin embargo, los empresarios latinoamericanos dicen que por lo general acogen a los españoles como socios y se dan cuenta que las similitudes culturales les permiten llevarse mejor con ellos que con los estadounidenses. España se ha definido a sí misma como el puerto europeo de entrada a América Latina, y eso es algo muy ventajoso para nosotros , indica Carlos Tramutola, ex presidente del directorio de Aguas Argentinas, empresa de servicios de agua potable de Buenos Aires.
Además de colocar a las empresas españolas en el mapa empresarial mundial, América Latina sirve de campo de capacitación para las empresas españolas que tratan de ingresar a Europa. Con nuestra experiencia en América Latina, donde se liberalizó rápidamente el sector de energía, hemos obtenido valiosas lecciones para cuando España y Europa abran sus mercados , dice Alberto López, director ejecutivo del brazo de desarrollo internacional de Endesa, empresa de servicios públicos que tiene participaciones en el sector de distribución eléctrica de Argentina, Perú y Venezuela. Hemos aprendido a seleccionar socios y a ser competitivos .
Telefónica es el ejemplo más destacado de cómo América Latina ha transformado una compañía soñolienta en la primera empresa española verdaderamente multinacional.
La decisión de Telefónica hace una década de analizar sus opciones en otros países provocó un alboroto en España. Por qué invertir al otro lado del mundo cuando cientos de miles de españoles esperan varios años por una línea telefónica? Pero el monopolio estatal telefónico estaba convencido de que necesitaba crecer más allá de España. Y los países de América Latina necesitaban exactamente lo que Telefónica hacía en España: un programa de inversión de choque para satisfacer una demanda creciente. Parecía poco razonable invertir fuera de España, pero estas oportunidades se presentan sólo una vez en la vida , afirma Germán Ancochea, presidente del directorio de Telefónica Internacional, el brazo de desarrollo internacional de la empresa.
Ahora, Telefónica tiene la llave de América Latina , asevera Ancochea. Desde 1990, Telefónica ha adquirido participaciones controladoras en las telefónicas de Chile, Argentina y Perú y una participación minoritaria en la de Venezuela. También tiene grandes posiciones en una compañía colombiana de telefonía celular, en servicios telefónicos de larga distancia en México y Puerto Rico y amplía sus negocios de televisión por cable, teléfonos celulares y directorios telefónicos.
Telefónica Internacional ahora genera el 22% de las ganancias totales de Telefónica. Las inversiones de Telefónica en América Latina, que alcanzan unos US$2.800 millones, a finales de 1995 tenían una capitalización de mercado de US$6.400 millones.
Fue una apuesta audaz. Los sistemas de telecomunicaciones de América Latina estaban en un estado tan deplorable que la primera inversión fue comprar 10.000 secadores de cabello para secar los cables. Pero la compañía ha generado resultados espectaculares en Argentina, y especialmente en Perú.
Cuando un consorcio liderado por Telefónica hizo una asombrosa oferta de US$2.000 millones en efectivo y promesas de inversión por una participación del 35% en el monopolio estatal telefónico de Perú en 1994, los demás dijeron que estábamos locos , recuerda Javier Nadal, director general de Telefónica de Argentina. La oferta era más del doble de las firmas estadounidenses como GTE Corp. y Southwestern Bell Corp.
Pero a Ignacio Santillana, presidente ejecutivo de Telefónica Internacional, le gusta contar una historia que explica la diferencia. El día que se debían presentar las licitaciones, dice Santillana, el equipo de cinco ejecutivos de Telefónica salió a pasear por el centro de Lima y se detuvieron para lustrarse los zapatos.
En cambio, los estadounidenses llegaron en autos blindados y con guardaespaldas. Telefónica tenía una idea completamente diferente de los riesgos , afirma Santillana.
Concentrarse en el potencial en vez de los riesgos ha resultado ser una apuesta ganadora. Telefónica del Perú declaró unas ganancias netas de US$318,9 millones en 1995, más de 10 veces los beneficios de US$29,1 millones de 1994. Telefónica del Perú es la empresa de más rápido crecimiento en el mundo que se cotiza en bolsa , expresó Merrill Lynch en un informe reciente. Y los ejecutivos de Telefónica todavía parecen asombrarse de que sean ellos, y no una firma estadounidense, los que controlan ésta y otras empresas similares en América Latina. Casi el 50% del tráfico telefónico latinoamericano es con Estados Unidos, y sólo el 15% con España , expresa Santillana. América Latina era un mercado natural para las compañías estadounidenses, y nos han dejado invadirlo , agregó.
Otra área donde las empresas españolas han hecho grandes avances es la banca. Después de competir ferozmente por su cuota de mercado en casa, Banco Santander, Banco Bilbao Vizcaya y Banco Central Hispano batallan por posiciones en países como Chile, Perú y México. Nuestro crecimiento futuro depende mucho de América Latina , expresa Corcóstegui, del Central Hispano.
Sentada en una lujosa oficina en Madrid, Ana Botín, presidenta ejecutiva de Santander Investment, filial del Banco Santander, presenta varios gráficos que muestran los márgenes de interés netos _la diferencia entre las tasas de préstamos y de depósito_ que duplican con creces la de mercados más maduros. Si vamos a crecer en alguna parte, ése América Latina] es el lugar , dice Botín, hija del presidente del directorio de Banco Santander. No es posible lograr estos márgenes en EE.UU. o Europa .
Fundado en 1857 para financiar actividades comerciales entre la ciudad portuaria de Santander y América Latina, Banco Santander se alejó parcialmente de la región en los años 70. Pero el banco, accionista mayoritario de First Union Corp. en EE.UU., ha comenzado a regresar con energía.
Tiene un banco mayorista en México, un banco comercial en Puerto Rico y ha comprado o creado fondos de pensiones en Argentina, Perú y Uruguay. El año pasado, Santander también organizó el regreso de México a los mercados internacionales de capital tras la crisis del peso.
La mayor apuesta de Santander fue su adquisición el mes pasado por US$483 millones de Banco Osorno y La Unión SA en Chile, que planea fusionar con su filial chilena para crear la mayor institución bancaria de ese país. Pero será un reinado breve porque cederá el puesto al banco que surja de la planeada fusión de Banco O Higgins y Banco de Santiago, que controlará una compañía que es propiedad conjunta del Banco Central Hispano, de España, y una poderosa familia chilena.
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