Los jefes de los organismos nacionales europeos encargados de luchar contra el narcotráfico, reunidos en Viena, denunciaron el creciente peligro que supone el blanqueo de dinero, sobre todo en los antiguos países comunistas del Este de Europa.
Para combatirlo, entre otras, sugirieron modificar la legislación de los países de modo que, en caso de que se detecte en un banco una cuenta con dinero de procedencia poco clara, sea su titular quien tenga que demostrar su inocencia en lugar de que haya que esperar a que la justicia acumule pruebas contra él para confiscar su fortuna si ésta es ilícita. Esta es una recomendación muy polémica, ya que afecta a los derechos humanos, reconoció un funcionario del Programa de Control de Drogas de las Naciones Unidas.
La contínua apertura de nuevos bancos en Europa del Este, unida a la constitución de nuevas mafias del narcotráfico, y a la mayor facilidad para el movimiento de personas y capitales en todo el viejo continente van a dificultar la lucha contra el blanqueo de dinero señalaron.
Los expertos dijeron también que junto a la heroína, que llega de Asia por distintas rutas que recorren Asia central -Kazajistán, Kirguizistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán- y pasan luego por los Balcanes, ha comenzado a entrar cocaína por el Este de Europa. Los narcotraficantes, entre ellos los latinoamericanos, están aprovechando la falta de medios económicos y materiales de muchas de las policías de esos países para introducir por allí ilegalmente su mercancía en el mercado europeo.
Las organizaciones de narcotraficantes, cada vez más activas en Europa del Este, con su capacidad de corrupción a todos los niveles, representan además un peligro tanto para las nuevas democracias como para sus economías de mercado, afirman los expertos, que recomiendan una más intensa y estrecha cooperación internacional para combatir este fenómeno.