Según Lleras, el diplomático norteamericano cambió sorpresivamente su opinión ante las posibilidades de obtener dicha acreditación por parte de Colombia. Sin embargo de acuerdo con un vocero del Departamento de Estado norteamericano la visión de Frechette a este respecto está de acuerdo con la que venía presentando hasta ese momento.
En sus pocos meses de funciones, Lleras ha despertado interés en algunos círculos diplomáticos de esta capital por su actitud directa y, tal vez, en ocasiones precipitada. Su primer cargo diplomático lo ocupó el 21 de octubre del año pasado como embajador colombiano ante la Casa Blanca.
Recién llegado y estableciendo un estilo más abierto que el tradicional, Lleras convocó a reuniones con la prensa en las que abiertamente confesó sus limitaciones personales y las de su Embajada. Aquí uno tiene que tomar un curso de humildad , dijo en una reunión con corresponsales de Colombia en Washington el pasado 22 de noviembre, un día después de presentar credenciales ante el presidente Bill Clinton.
En esa ocasión, recordó que Colombia representa para los Estados Unidos un país pequeño y de limitada importancia y, por consiguiente, su labor y la de su equipo requiere de un gran esfuerzo y mayores recursos para lograr objetivos.
Además de las reuniones de alto nivel en las que participó la semana pasada en compañía de Frechette y representantes del gobierno colombiano, Lleras ha sostenido reuniones con diversos funcionarios como el director de la DEA, Thomas Constantine, y miembros del Departamento de Comercio.
Su agenda en estos meses ha estado dedicada además del tema del narcotráfico al del comercio, principalmente en lo que atañe a productos como las rosas, el banano y el atún. En ese segundo aspecto, el gobierno norteamericano informó el 27 de enero pasado su intención de reducir el impuesto a las importaciones de rosas colombianas del 22.7 por ciento al 6.4 por ciento.
Durante su gestión el embajador ha expresado su interés de modernizar la embajada y darle mayor capacidad de acción. La operación misma de la embajada es difícil, lenta e ineficiente , considero en noviembre aludiendo principalmente a una escasez de personal y presupuesto. Actualmente la sede diplomática colombiana es la embajada latinoamericana más pequeña en Washington. En ella operan 15 funcionarios, nueve a nivel diplomático y seis a nivel administrativo, mientras que en la de Argentina, 40, por ejemplo.
Más aún, de acuerdo con la reestructuración establecida por Lleras hasta el momento, la Embajada no cuenta actualmente con un agregado cultural, mientras el actual agregado de prensa, Ernesto Samper, divide sus responsabilidades entre los medios, asuntos políticos y del medio ambiente. Lleras ha expresado su interés de solicitarle al Ministerio de Relaciones Exteriores en Colombia un apoyo para reforzar la Embajada y para ello ha estimado necesaria la eliminación de ciertas embajadas colombianas en países de menor relevancia.